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Messi, un capitán sin ambages

  • El astro del Barcelona asume los galones que dejó Iniesta en un nuevo rol que implica mensajes de elevado tono, incluso exigente hacia su equipo

Messi celebra uno de sus dos goles al Tottenham en Wembley.

Messi celebra uno de sus dos goles al Tottenham en Wembley. / andy rain / efe

Lionel Messi asumió su nuevo rol como capitán del Barcelona sin rodeos: habla ante los medios, corre como hacía tiempo no se le recordaba, protesta a los árbitros y pronuncia discursos muy alejados de su timidez connatural. Y, por supuesto, lidera con su fútbol en el campo.

Su actuación del miércoles ante el Tottenham Hotspur en la segunda jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones fue casi otro día más en la oficina para la estrella argentina: hizo dos goles, estrelló dos balones en los palos y lideró a su equipo hacia un importante triunfo por 2-4 en Wembley para calmar unas aguas que bajaban algo revueltas tras tres partidos de la Liga sin ganar.

Messi superó en Londres la distancia recorrida respecto a citas pasadas y sumó más de ocho kilómetros después de que en el anterior partido ante el PSV Eindhoven también hubiese llegado a esas cifras. Durante el Mundial, jugando con Argentina, sólo ante Nigeria superó los ocho kilómetros recorridos sobre el campo.

Es indudable que Messi va a por la Liga de Campeones. Pero más allá de sus prestaciones futbolísticas, de nuevo sobresalientes, el argentino está ofreciendo ahora una característica inédita durante las 14 temporadas que lleva en el primer equipo del Barcelona.

Fuera de la selección argentina por decisión propia, ahora es el primer capitán de su equipo. Con la marcha de Andrés Iniesta al lucrativo retiro de la liga japonesa, Messi asumió el brazalete y con él, todas las "obligaciones" que comporta.

Así, el argentino ya fue el encargado de dirigirse a todo el Camp Nou desde el centro del campo en la presentación del equipo ante su hinchada. Y lo hizo con el discurso más ambicioso posible: "Prometo hacer todo lo posible para traer la Champions".

Su papel de capitán también está descubriendo una faceta que hasta ahora permanecía oculta en el argentino. Así se comprobó el sábado en el partido ante el Athletic Club de Bilbao, cuando tras el empate 1-1 Messi encaró al árbitro con muy mal humor para criticar su actuación y recibir una tarjeta amarilla. Tampoco era la primera vez esta temporada que protestaba a un colegiado con inusual vehemencia.

Como tampoco está pasando inadvertido su rol ante la prensa. Si después del Athletic apareció ante los medios de comunicación para hablar del empate -y criticar a los defensas por recibir goles-, el miércoles volvió a hablar públicamente para sorpresa de todos. "La Champions es la frutillita del postre para todos", dijo a Movistar TV.

Es cierto que muchas veces se habla de un nuevo Messi para justificar los diferentes roles que va adquiriendo con el Barcelona. Unas veces porque fue delantero falso, otras porque se instaló en la media punta para repartir pases y otras porque ofició de delantero total. Pero lo realmente nuevo es su papel como capitán azulgrana, como el líder del equipo dentro y también fuera del campo.

"Está contento y esa felicidad nos viene muy bien", refrendó su entrenador, Ernesto Valverde, tras su exhibición en Wembley. Que siga igual es el deseo de toda la afición azulgrana.

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