Siete años después, el Colegio Cervantes volvió a vibrar con la celebración del título júnior del Maristas. Su triunfo en una bellísima final ante el Montilla -un más que digno subcampeón que la próxima semana acompañará a los colegiales en el Campeonato de Andalucía- recuperó viejas sensaciones para una de las canteras más prolíficas de nuestro deporte, en la guinda para un año en que todos sus equipos (tanto masculinos como femeninos) están rindiendo a un excelente nivel.

Fue la culminación de un año difícil, cuyos problemas comenzaron antes incluso de que arrancara la temporada. Maristas llegó a un acuerdo para que Rafa Sanz dirigiera a un grupo al que muchos ya colocaban durante el verano el cartel de máximo candidato al título. El técnico cordobés -sin equipo en esa fecha- aceptó el encargo de buen grado, pero la unión se rompió a los pocos días, cuando el actual entrenador del Orense en la Adecco Oro renunció alegando "falta de compromiso" de los jugadores. De mutuo acuerdo, Sanz acabó su fugaz vuelta a los banquillos de formación dejando el puesto a Luis Requena, un hombre de la casa y perfecto conocedor de los entresijos del Colegio Cervantes.

El equipo dio todo lo que se esperaba durante el curso, dominando el complicado grupo B plagado de enfrentamientos directos con rivales tan duros como el Salsas Musa o El Carmen. Con un balance perfecto (14-0), el Maristas se plantó en los play off, en los que avanzó sin problemas hasta plantarse en la final ante el Montilla.

Era el duelo más esperado, el choque entre los dos mejores equipos de la liga y un duelo con morbo, ya que ambas generaciones se habían medido años atrás en las finales de infantiles y cadetes, saldadas en ambos casos a favor del cuadro montillano. Pero esta vez la historia cambió, y tras dejar encarrilada la final con su triunfo en el partido de ida por 13 puntos, la mínima derrota en la vuelta (55-57) no impidió que el Maristas pudiera celebrar al fin el título.

Y todo siete años después de que la corona júnior visitara por última vez el Cervantes. Fue a comienzos de la década, cuando el Maristas sucedió al Salesianos y selló un doblete en las campañas 02-03 (con Fran de Larriva al mando) y 03-04 (con Sebastián del Rey en el banquillo). Desde entonces, el título había viajado a Peñarroya (04-05), Montilla (05-06), Priego (06-07 y 07-08), El Carmen (08-09) y Espejo (09-10) antes de volver al Cervantes.

Ahora sólo queda esperar que la espera no sea tan larga. Porque a pesar de su enorme tradición, el Maristas sólo ha ganado cuatro ligas júnior en los últimos ¡20 años! Porque esos dos títulos a mediados de la pasada década rompieron una sequía de 12 años, desde el título logrando en 1991, con Eduardo Burgos al frente y Rafa Santos como director de orquesta. Tras ese triunfo, el colegio entró en una larga travesía por el desierto que incluso llevó a sus rectores a suprimir los equipos de baloncesto. Ahora, en una etapa totalmente distinta, todo hace indicar que no habrá que esperar otros siete años para que el título vuelta a las vitrinas del Maristas.