El delantero argentino Ezequiel Lavezzi, a quien sus fans en Italia llaman Il Pocho por su apodo de la infancia y es el Maradonita del Siglo XXI en el Nápoles, es un insaciable goleador, pues lleva marcados dos en Pekín y se lamenta de errados.

"La verdad que me molesta tener situaciones de gol y no poder marcar", comentó el atacante sobre aquellos momentos en que se fue a las barbas del arquero frente a Serbia y falló la puntería o tardó mucho en rematar.

De lo que no quiere oír ni hablar es de marcarle al eterno rival de la albiceleste, Brasil. "Sinceramente, a mí no me interesa lo que haga o pase con Brasil, porque primero tenemos que ganar a Holanda en un partido muy difícil", dijo Lavezzi.

El delantero agregó que si vencen en ese choque "será el momento de pensar en Brasil".

Sin embargo, hacerse con el torneo olímpico debe ser una obsesión para Lavezzi, pues ha prometido tatuarse el 19 si gana.

No resultaba extraño entonces escucharlo en Pekín al ser entrevistado por medios italianos, a quienes decía que "jogare para la nazionale es la cosa piu bella".

El delantero prosiguió diciendo que cada vez se encuentra mejor y a tono con el combinado argentino y sigue con su mente puesta en Holanda.

"Sería muy lindo tatuarse la medalla de oro. Pero ahora sólo pienso en Holanda, Si no le ganamos a Holanda, ¿para qué hablar de todo eso?", razonó.