Fútbol Sala | Primera División
  • El jugador cordobés, tras siete años en la entidad blanquiverde, cierra una etapa tras una campaña "muy dura"

  • "Les deseo todo lo mejor pero me quedé con la espinita de poder saber que era mi último mes", señala

Manu Leal, exjugador del Córdoba Futsal: "Me hubiese gustado que el club me respaldase más"

Manu Leal posa para 'el Día' en las instalaciones del colegio Salesianos. Manu Leal posa para 'el Día' en las instalaciones del colegio Salesianos.

Manu Leal posa para 'el Día' en las instalaciones del colegio Salesianos. / Juan Ayala

Sereno, feliz y disfrutando del fútbol sala con la celebración del tercer campus de los hermanos Leal. Así atendió a el Día Manu Leal, que cierra una histórica etapa en el Córdoba Patrimonio, club en el que le hubiese gustado retirarse, pero del que sale tras una temporada "muy dura". A la espera de cerrar su futuro, el jugador cordobés se ha quedado "con la espinita de poder saber que era mi último mes".

–¿Qué balance haces de estos siete años en el Córdoba Patrimonio?

–Creo que han sido los años más maravillosos de mi carrera deportiva. Tuve la suerte de disfrutar muchísimo del fútbol. Estuve en un equipo de Segunda B de Madrid (RSD Alcalá); en el Córdoba, en las categorías inferiores, muchos años en Tercera División y participando con la primera plantilla, pero jamás en la vida me esperaba que lo mejor de mi carrera estaba por llegar. Ha sido en el 40x20, en el equipo de mi tierra y con el escudo que tanto he querido tantos años. Ahora se acaba mi etapa como jugador, pero sigue como aficionado porque yo recuerdo toda mi vida sufriendo con estos colores. Ahora lo haré desde fuera y seguiré al equipo de fútbol y fútbol sala, y ojalá les vaya muy bien a los dos y esté Córdoba siempre donde se merece.

–¿Qué ha significado esta temporada para ti?

–Para mí ha sido dura porque he sido un jugador que siempre ha contado con minutos, con la confianza del entrenador y este año no ha sido así. Al final, hay que ser realistas, llegó Josan, es verdad que él tenía confianza en su gente, en lo que él ha ido trayendo, en los jugadores que había aquí que contaban con menos minutos y todo es respetable. Son decisiones del entrenador y para eso estamos los jugadores. Cuando llega un entrenador y a lo mejor no cuentas mucho, llega otro y te hace creer en ti, tú mismo subes la autoestima y los jugadores son un estado de ánimo. Ha sido un año duro en cuanto a juego, pero me voy con la satisfacción de los deberes hechos, de dejar al equipo de mi tierra en Primera. Para mí, eso es lo más grandioso y ojalá esté muchos años.

–Al inicio de la temporada, ¿qué supuso la Copa de Andalucía?

–Es verdad que fue un momento muy bonito dentro del club porque vivimos una Copa de Andalucía excepcional. Las sensaciones fueron muy buenas en la pretemporada y todo el mundo estábamos participando. Es cierto que llegó esa lesión en un momento complicado, la suerte es que fue para meter ese penalti que nos diese esa Copa de Andalucía. Luego vino una lesión que tuve el primer mes de competición, que recuerdo que en los últimos años jamás me había perdido partidos por lesión. Me habían respetado las lesiones en los últimos años. Tuve la mala suerte de empezar el año con mal pie y a partir de ahí es verdad que el míster ya empezó a contar un poco más con otro tipo de jugadores y cuando yo volví me costó mucho trabajo entrar. Así, terminó la temporada y apenas he podido participar.

–¿Fue un antes y un después?

–Sí, por supuesto. Creo que las lesiones nunca llegan en el mejor momento, pero sí que es verdad que en un principio de la temporada te marcan mucho. Al final, es una anécdota más. Yo me quedo con todo lo bueno que he vivido y con todo lo que me queda por vivir.

Manu Leal posa en una portería del colegio Salesianos. Manu Leal posa en una portería del colegio Salesianos.

Manu Leal posa en una portería del colegio Salesianos. / Juan Ayala

–Más de 200 partidos, casi nada...

–Eso es anecdótico. Eso irá conmigo siempre. Pasarán los años y siempre recordaré cada partido, cada momento y todo lo que hemos vivido en Vista Alegre. Eso nadie nos lo puede quitar. Eso está ahí y siempre estará.

–¿Qué significó el partido de Jaén para ti?

–En el partido de Jaén yo realmente no lo sabía. No me esperaba jamás la reacción. En cuanto al entrenador quizás, pero en cuanto al club no, porque tiene un director deportivo, un presidente, una seña de identidad y el club es el que debe decidir muchas veces esto sí o esto no. Yo pensaba que el club me iba a permitir el lujo de retirarme aquí, creía que me quedaban uno o dos años más y mi sueño era retirarme aquí, con los colores que yo quería retirarme. Es verdad que le deseo al club todo lo mejor, pero me quedé con la espinita de poder saber que era mi último mes aquí. Y no lo he podido disfrutar como lo podía haber disfrutado. Al final, son situaciones y yo entiendo que era el último partido, que nos estábamos jugando una fase de play out. Entonces, a lo mejor pensaban que el equipo podía descender y que podían contar con otro tipo de jugador, me hubiera gustado saberlo, pero también entiendo la situación.

–¿Fue difícil la situación con la salida de tu hermano (David Leal)?

–Por una parte fue una alegría porque está ejerciendo de lo que él quiere, va a ser su futuro y ojalá disfrute de la educación, de los niños y de lo bien que lo está haciendo. Por otro lado, fue una tristeza. Fueron muchos años juntos, nos sentábamos juntos en el vestuario y hemos sido uña y carne para todo, y fue una tristeza muy grande de la manera que salió. Eso es ya agua pasada y ahora se abren nuevas ventanas, nuevos retos y seguro que en la vida estaremos juntos para todo.

–¿Estás molesto por cómo ha tomado las decisiones el club?

–Molesto, no. Todo lo contrario. Tengo que agradecerle a José García Román todo lo que ha hecho por Córdoba, por este club y al final son decisiones. Sí es verdad, y no lo escondo, que me hubiera gustado que ellos me hubieran respaldado mucho más y que el club hubiera estado de mi parte, que se hubieran sentado conmigo y que me hubieran preguntado si necesito algo. Durante todo este año, casualmente, apenas he tenido conversaciones con el club. Cuando otros años, siendo el capitán, me preguntaban si le faltaba algo a la plantilla y teníamos más contacto. Este año no sé que ha podido pasar, se ha distanciado más ese contacto y lo he echado de menos, pero ni mucho menos reprochar nada. Solo puedo agradecer a todo ellos lo que me han hecho vivir ahí porque eso quedará para mí para toda la vida.

Manu Leal posa junto a su hermano David en las instalaciones del colegio Salesianos. Manu Leal posa junto a su hermano David en las instalaciones del colegio Salesianos.

Manu Leal posa junto a su hermano David en las instalaciones del colegio Salesianos. / Juan Ayala

–¿Ha sido cosa de Josan González?

–Hombre, por supuesto. Es el que ha hecho la plantilla. Creo que es el que está haciendo las labores de entrenador y de director deportivo. En este aspecto, el club confía plenamente en él. Al final, se está trabajando a gente de su confianza, se lo consienten, y eso es lícito, respetable y ojalá les vaya muy bien.

–¿Cuál es tu futuro?

–Me gustaría seguir jugando a fútbol sala, si no es Primera en Segunda División. Hay ya varias cosas por ahí. Es verdad que estoy hablando con varios clubes y todavía no está cerrado al cien por cien. También estoy estudiando unas oposiciones, que será lo que marque mi retirada en un año, dos o en meses. En el momento que aprueba la oposición, me tomaré el deporte de otra manera. En los próximos días, podremos decir dónde estaremos la próxima temporada.

–¿Qué mensaje le mandas a la afición?

–Por mi parte, sobre todo, agradecerle porque me han tratado genial, a mí y a mis compañeros. Cuando los hemos necesitado, ahí han estado. Han viajado, han sufrido y cada partido en Vista Alegre ha sido una satisfacción tremenda. Hemos vivido un gran sentimiento cordobesista, cada vez que marcábamos un gol, cuando sonaba el himno, cuando ganábamos los partidos... Ese aliento lo hemos sentido y la afición seguirá así. La afición es incondicional y no tiene que ver si hay más o menos cordobeses. Tienen que mirar que el escudo que llevamos en el pecho es el del Córdoba, el del Córdoba Patrimonio, y hay que defenderlo a muerte porque es nuestra tierra y tenemos que tener la élite en Córdoba, que es lo que nos merecemos.

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