A muchos les pareció un sacrilegio que la mayoría de aficionados del Donbass Arena de Donetsk, indiferente al triunfo de España o Francia en cuartos de final de la Eurocopa, silbara el juego de una campeona de Europa y del mundo que conforme se acerca al título muestra su cara más eficaz.

España, como hizo en la Eurocopa de 2008 y el Mundial de 2010, basa sus triunfos en la defensa. Hace cuatro años no recibió goles en cuartos, en semifinales ni en la final. En Sudáfrica se impuso por un escaso 1-0 en octavos, cuartos, semifinal y final.

La España que maravilló -y maravilla- con su dominio de la pelota y su carácter ofensivo ahora destaca más por otro concepto: control. "Hay que saber jugar los partidos, ser inteligentes en este formato ya de partidos a vida o muerte en los que sabes que un pequeño detalle puede ser decisivo", explicó Xabi Alonso tras el 2-0 ante Francia en Donetsk en el que el equipo de Vicente Del Bosque anestesió a los bleus, que sólo lanzaron una vez al arco de Iker Casillas.

España no tuvo tanta posesión como en duelos precedentes. Un 60 por ciento en la primera mitad y un 55 al final tras unos segundos 45 minutos en los que incluso llegó a entregar el esférico a Francia en algunos momentos buscando el contragolpe con Pedro y Fernando Torres. "Hemos sido protagonistas en la primera parte y en la segunda les hemos dado esos 10-15 metros que normalmenten nos daban ellos. Hemos estado muy arropados, hemos tenido posesiones largas y no nos han creado problemas en defensa", analizó satisfecho Xavi. "Estamos compitiendo muy bien. El equipo está muy maduro, España ya tiene esa madurez para saber llevar los partidos", agregó.

El saber competir es algo que durante años se reprochó no ser capaz de lograr a esa España que no ganaba títulos y que parece ahora tan lejana. Los trofeos llegaron con la combinación de calidad técnica, buenos jugadores y esos otros conceptos que históricamente siempre dominaron italianos, alemanes y argentinos. Y todo se retroalimenta: la experiencia de España tras haber ganado duelos decisivos cuenta y los títulos imponen a los rivales. "Sí, notamos que ahora nos tienen un poco más de respeto de lo habitual", dijo Xavi.

"Prácticamente no hubo ninguna ocasión clara de Francia. Es una señal buena de que el equipo está bien arropado y de que defendemos todos, de que nos ayudamos, de que somos un equipo solidario y así se llega a semifinales y a finales. A veces no se puede jugar de manera excelente", añadió un Xavi más pragmático que con la camiseta azulgrana.

Y es que la comparación del Barcelona con España empieza a ser insostenible. Y no sólo porque España no tiene a Leo Messi, sino porque Sergio Busquets y Xabi Alonso juntos no son espectaculares, pero maniatan en el centro del campo a cualquier oponente. "Son la base de la defensa, dan una estabilidad importante", alabó el central Sergio Ramos a los dos mediocentros, cuya presencia conjunta fue uno de los primeros debates de la era Del Bosque. "Cuando hablamos en tono peyorativo de Busquets y Xabi Alonso, me parece que nos estamos equivocando. Yo creo que son más futbolistas ofensivos que futbolistas defensivos. Tienen un enorme sentido de equipo", los elogió el sábado el entrenador español.

Si a eso se suma que Ramos y Gerard Piqué han creado un muro atrás se explica que España sólo haya recibido un gol en cuatro partidos. Y cuando todo falla, como ante Croacia, aparece Casillas. "Ser contundente desde la línea defensiva aporta una seguridad importante. Es un reto seguir manteniendo la portería a cero, es fundamental a partir de ahora porque cualquier error te manda a casa", recordó Ramos que a partir de cuartos comienza otro torneo.

España se resguarda bien cuando pierde el balón, pero también lo hace con él. "Con la pelota es como mejor se defiende, al final las ocasiones van a llegar y tener un 60/70 por ciento de posesión nos da mucha tranquilidad. El equipo está muy mentalizado en defender muy bien y con mantener la portería a cero nos basta. Con el control que tenemos y las ocasiones, algún gol siempre llega", afirmó Piqué. Y eso es lo que busca Del Bosque con la inclusión de Cesc Fábregas, un centrocampista, en punta: dominar la pelota y el mediocampo.

Por contrapartida, el equipo ante Francia sólo lanzó cinco veces al arco rival y no creo ocasiones claras de gol. Falta profundidad, sí, pero una vez marcado un gol, como ante Francia, España toca y toca y el rival termina hipnotizado. Eficaz, aunque no le guste a la afición ucraniana, que se aburrió con el juego de España sin delanteros, definido por el diario italiano La Gazzetta dello Sport como "masturbación táctica".

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