Barcelona le trae gratos y también muy dolorosos recuerdos a Diego Maradona, que este fin de semana selló su reconciliación con el equipo emblemático de la capital catalana, al tiempo que se garantizó la presencia de Leo Messi en el importante amistoso del 11 de febrero ante Francia.

Fue un "privilegio", dijo ayer el arquero Víctor Valdés tras vivir algo efectivamente inusual: Maradona, invitado por el entrenador del Barcelona, Josep Guardiola, asistió al entrenamiento matinal y luego les habló durante varios minutos a los jugadores, que formaron un corrillo en torno al seleccionador argentino. "Ha felicitado al equipo por el fútbol que estamos haciendo y por el partido de ayer (por el sábado), y nos ha comentado que está contento de cómo juega el Barca", dijo Valdés.

Maradona, fiel a sí mismo, dejó varios gestos e imágenes fuertes en sus dos días de visita a Barcelona. La huelga encubierta de Iberia lo retuvo más de lo pensado el sábado en el aeropuerto de Madrid, y llegó al Camp Nou dos minutos antes de que comenzara el partido que el Barcelona ganó 3-1 al Mallorca.

Allí se encontró con Lobo Carrasco, ex compañero en su paso por el Barca en los años 80, y segundos después se fundió en un abrazo con el holandés Johan Cruyff, con el que intercambió palabras y dos efusivos besos. Joan Laporta, el presidente del Barcelona, dejó su asiento en el palco para ir a saludar al argentino, que, sentado junto a Messi -que no jugó- se convirtió en una de las atracciones de la noche.

"Estoy muy agradecido a Leo por haberme invitado y al presidente Laporta, que es un señor y un caballero, y me ha abierto las puertas que me cerró (el ex presidente José Luis) Núñez; estoy feliz por poder volver a tener trato con el Barça", dijo Maradona, que definió al Barcelona como "el mejor club del mundo". No siempre fue así. Maradona no pisaba el Camp Nou desde el 22 de abril de 1984, en un partido de Liga contra el entonces Español. Aquella vez, en su último partido en Barcelona con la camiseta azulgrana, se fue expulsado.

Barcelona le trae a Maradona el recuerdo de dos títulos, la Copa del Rey y la Copa de la Liga, pero también el tobillo izquierdo que le destrozó Andoni Goikoetxea y su ingreso al mundo de las drogas, del que tardaría más de 20 años en salir.

El Maradona de hoy es otro. Disfruta con la perspectiva de que su hija Gianinna y Sergio Kun Agüero lo conviertan a los 48 años en abuelo y está exhibiendo algunas dotes de diplomacia, de muñeca, que permiten pensar que Messi estará en varios amistosos de la selección argentina este año.

El tira y afloja entre Argentina y el Barcelona para que Messi jugara en agosto de 2008 los Juegos Olímpicos de Pekín -que le valieron el segundo oro consecutivo a la selección- se desarrolló con el jugador en segundo plano: Messi no forzó la solución, prefirió esperar a que la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) encontrara el camino.

La solución llegó con el compromiso de la AFA de no pedir la presencia de Messi para los amistosos. Pero aquel acuerdo murió con el final de 2008. El nuevo año muestra una gran sintonía entre Maradona y Guardiola, y por ahí se entrevé el camino para que Messi -sin enemistarse con nadie- cumpla con sus dos amores. El "rey" Messi -así lo calificó Maradona- ya tiene padrino de lujo.