El presidente del Barcelona, Joan Laporta, reiteró ayer que, bajo su punto de vista, la moción de censura presentada contra la directiva, cuya votación se celebrará el próximo es "injusta", pues "amputar" el mandato de la junta crea "inestabilidad" en el Barça.

El máximo rector entiende que la comisión gestora que se crearía para gobernar el club en caso de que prospere la moción no podría fichar o vender jugadores. "Honestamente, creo que esta moción es desproporcionada y no hay razones objetivas para adelantar el final de nuestro mandato", dijo Laporta.

El mandatario mantuvo además su idea de que los estatutos establecen que una comisión gestora no puede realizar fichajes o traspasos de jugadores. "La gestora tiene facultades limitadas y eso queda muy claro; no tendría ningún sentido que si tiene tres meses para convocar elecciones se dedique a fichar y vender jugadores", afirmó.

Laporta aseguró que la comisión gestora "sólo puede hacer actos de administración normal del club, no actos de disposición".

Por último, reiteró además su confianza en recibir el respaldo de los socios en la votación de este domingo, ante la que volvió a pedir que haya una alta participación, y no quiso polemizar con uno de los impulsores de la moción, Oriol Giralt.

Por su parte, el abogado, uno de los promotores de la moción de censura, acusó ayer al directivo de "repetir mentiras para ver si al final la gente se las cree", tanto por la capacidad de la comisión gestora como por su supuesta vinculación con el ex vicepresidente deportivo del club y candidato a presidente, Sandro Rosell.

El cruce de declaraciones se produjo bajo en el contexto de la presentación del Gerard Piqué como nuevo jugador azulgrana. El defensa comentó que "vengo sin ninguna presión, sólo a ayudar al equipo y a ganar títulos", mostrando su ambición por conquistar su segunda Liga de Campeones, y por jugar "muchos años" e incluso "retirarse" en el Barça.