Ciclismo l Tour de Francia

Lance deja de lado a Contador

  • Astana desata la polémica de quién es su líder al tirar del grupo escapado donde estaba el americano y ningunear al madrileño · Cavendish repitió triunfo

El estadounidense Lance Armstrong se encaramó al tercer puesto de la general y desempolvó el debate del liderazgo en el Astana, ya que su compañero Alberto Contador se vio sorprendido por un abanico y cedió 41 segundos, en una tercera etapa entre Marsella y La Grande-Motte que despertó un final emocionante y la victoria al esprint del británico Mark Cavendish (Columbia).

Una jornada que parecía marcada por el sopor y el pronóstico escrito de la victoria de Cavendish, la segunda consecutiva y la sexta en su palmares en la ronda gala, vivió unos últimos 30 kilómetros frenéticos merced a un abanico propiciado por el Columbia que pilló en fuera de juego a Contador y al resto de los favoritos, lo que no ocurrió con un atento Armstrong, que vio la maniobra, se apuntó al grupo de cabeza y entró junto al líder Fabian Cancellara con 41 segundos de adelanto.

Un primer grupo de 30 corredores con el Columbia al completo, Armstrong, Zubeldia y Popovych del Astana, el líder Cancellara y el noruego Thor Hushovd entre otros, volaron en los últimos 30 kilómetros en una carrera de persecución con todos los favoritos cortados. También cayeron en la trampa, aparte de Contador, Carlos Sastre, Kloden, Evans, Leipheimer, Menchov y Kreuziger. La alta jerarquía quedó atrapada en una maniobra bastante previsible en esta zona de la geografía francesa, junto a la brisa provocada por el mar Mediterráneo.

La primera plaza fue para el Usain Bolt del ciclismo, Cavendish, intratable, que se lució de nuevo, con un tiempo de 5:01.24, quien hizo un gesto de hablar por teléfono ante la impotencia del noruego Hushovd (Cervelo) y del francés Ciryl Lemoine (Skil), segundo y tercero. Con el mismo tiempo entraron el líder y el protagonista de la etapa y del debate reabierto.

¿Quien es el líder del Astana?. La general dice que Cancellara ocupa la primera plaza, la segunda el alemán Tony Martin a 33 segundos y la tercera Lance Armstrong, el siete veces campeón del Tour, el mismo que volvió a competir esta temporada después de 3 años retirado, a 40 segundos.

Contador, principal víctima del abanico en un día abrasador, se bajó del cajón. Ahora es cuarto a 59 segundos del maillot amarillo, y a 19 de su compañero Armstrong. El alemán Kloden (Astana) es sexto a 1 minuto, el australiano Cadel Evans (Silence) séptimo a 1.01 y el estadounidense Levi Leipheimer (Astana) noveno a 1.08. Sastre está más lejos, a 1.47 y Menchov a 2.12, lejos de la pomada.

Después del protagonismo anónimo del español Rubén Pérez (Euskaltel), los franceses Samuel Dumoulin (Cofidis) y Maxime Bouet (Agritubel) y del holandés Koen de Kort (Skil), que animaron la carrera hasta que fueron alcanzados por los hombres que incendiaron la carrera con el abanico, el espectáculo hasta meta fue total.

La ambición por el esprint del Columbia, las ilusiones de Hushovd, el conformismo de Cancellara por conservar el maillot amarillo y la presencia de Armstrong en cabeza se unieron contra la desesperación de grupo cortado, donde ningún equipo quemó las naves por contactar con el conjunto de cabeza.

A 10 kilómetros de meta Armstrong tenía a Contador a 33 segundos. La jugada maestra del Columbia estaba a punto de concretarse en un golpe moral duro de roer para el magnífico corredor de Pinto, despistado en un momento clave de la etapa, cuando la jornada parecía destinada a disfrutar de un balneario de transición.

El oportunismo de Armstrong despertó el debate del liderazgo en la casa del Astana. El corredor tejano recolectó argumentos en la víspera de la contrarreloj por equipos de hoy que le puede acercar incluso al liderato del Tour. "¿Quién cree que Armstrong no es el líder de Astana?", comentaba Óscar Pereiro en la línea de meta.

Los 196 kilómetros de viaje entre Marsella y La Grande Motte no fueron de trámite. El Tour, a veces, guarda sorpresas, como un oportuno abanico. Contador cayó incomprensiblemente en la trampa. El viejo lobo Lance Armstrong estuvo atento. Vuelve a aullar.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios