Julia Figueroa sigue en un estado de forma envidiable. La judoca cordobesa cuajó ayer una gran actuación en el Grand Prix de Cancún, logrando meterse en las semifinales de la categoría de -48 kilogramos y al cierre de esta edición (en la ciudad mexicana la diferencia es de siete horas menos respecto a España) se encontraba a tan solo un triunfo de lograr la medalla de bronce, pues sólo la argentina Paula Pareto pudo frenarla en su camino hacia el oro.

La luchadora del Valencia Terra i Mar -decimonovena en el ranking mundial de su peso- partía como sexta cabeza de serie en Cancún, lo que le permitió quedar exenta de la primera ronda. En la segunda, Figueroa se vio las caras con Kelly Staddon -número 78 del mundo-, a la que derrotó con solvencia gracias a un ippon, la técnica que decide un combate en judo.

El segundo escollo ya fue mucho más complicado para Julia, pues en su caminó se cruzó la númer 13 del mundo, la israelí Shira Rishony. La cordobesa llevó la iniciativa del combate en todo momento y forzó tanto a su rival, que Rishony acumuló pronto dos penalizaciones. Con todo, el combate se fue a la muerte súbita y ahí Julia siguió dominando hasta que forzó otra penalización por pasividad de su rival. Al acumular tres avisos del juez, algo que equivale a un ippon en contra, la victoria cayó del lado de una apabullante Figueroa.

Ya en semifinales, la cordobesa tuvo el hueso más duro de roer posible, la argentina Paula Pareto -número siete del mundo y vigente campeona olímpica de la categoría-. La argentina, con una forma de luchar muy similar a la de Figueroa, dominó el combate y aprovechó un descuido de la del Valencia Terra i Mar para llevarse el duelo por ippon.

Tras ese revés, a Julia le quedaba la bala de la repesca para conseguir el oro, en un combate programado para más allá de las 00:00 hora española ante la alemana Khatarina Menz.