“El año pasado el míster no tuvo mucho tiempo para trabajar, y muchas cosas se hacen mientras la Liga ha empezado. Cada día trabajando juntos es una mejora. Luego, las dos victorias seguidas nos han dado mucha confianza. El equipo se atreve a hacer más cosas, está más seguro de sí mismo y todo sale mejor”. El Córdoba no pasó del empate en Castellón, pero la impresión fue tan grata que el optimismo se ha instalado en El Arcángel. Así lo explicó ayer Pierini. En seis jornadas, el combinado blanquiverde ha experimentado una evolución que atañe a los hechos y a las sensaciones. Y, por supuesto, se refleja en los números. Ya ha ganado, empatado y perdido tanto en casa como fuera, pero las dos derrotas –con otra intercalada, en Copa– se produjeron en el inicio. Ahora suma cuatro jornadas sin perder. José González está ejerciendo de sí mismo (metódico, constante) y algunos jugadores resumen la evolución del equipo. El Córdoba ha conseguido ser eso, un equipo. Con mayúsculas. Y con mayúsculas se escriben los nombres propios.

Raúl Navas: Sangría. El estreno del proyecto 08-09 no pudo resultar más desastroso: 0-3. Según Pierini, “aquel no era el Córdoba de ahora y el Hércules es muy buen equipo, como está demostrando. Perdimos por errores nuestros que a lo mejor ahora no estamos cometiendo”. Aquel día, la afición redobló su recelo hacia Raúl Navas, un fichaje promovido directamente por José. Con el tiempo, el arquero ha demostrado que no es un enchufado del entrenador. Ha regularizado su media de tantos encajados (seis en seis jornadas) y es el símbolo de la progresiva firmeza atrás, que ha coincidido con la titularidad de Ceballos y Pablo Ruiz en detrimento de Mario y Gaspar. Navas responde por abajo –es ágil como nadie– y por arriba, como demostró en Chapín y Castalia.

Endika: Rotaciones. Apenas tres días después del batacazo liguero, el Córdoba afrontó un desplazamiento a Tenerife para debutar en la Copa del Rey. Su participación no fue más allá: 2-1 tras el doblete de Alfaro y el posterior gol (de estrategia, por cierto) de Cristian Álvarez). El técnico no engañó a nadie: dejó en casa a titulares como Raúl Navas, Rubén, Carpintero o Asen y dio minutos a jugadores llamados a consumir su tiempo en el banquillo o la grada, casos de David Valle o Endika. Por no hablar del canterano Pedro.

Ito: doble pivote puro. El Córdoba volvió a tropezar en Vitoria (1-0), aunque el bloque evidenció una mejoría. José volvió a confiar en la dupla Carpintero-Javi Flores; no obstante, reculó en el minuto 53 con Ito, sustituto del canterano. Su inclusión generó estabilidad en la medular y acercó la victoria. El equipo se sintió capaz de ganar y Gastón Casas desperdició un par de oportunidades. La diana del Alavés, a siete minutos de la conclusión, resultó engañosa.

Cristian: ¿Existe dios?. El Córdoba estaba decidido a lograr su primera victoria a costa del Sevilla Atlético. Además, jugaba en casa. Cristian Álvarez gozó de hasta cuatro ocasiones claras, aunque el 1-0 lo anotó Ito. La expulsión de Gaspar lastró a un grupo frustrado por el autogol de Pablo Ruiz (1-1). Un sector de la grada reaccionó con ira y Cristian también vio la roja.

Javi Flores: El ingenio. Entre lesiones y sanciones, Javi Flores salió como mediapunta en Jerez; forzó el penalti decisivo, transformado por Gastón Casas, y Navas mantuvo el tipo (0-1). Pierini cree que el de Fátima es “un artista, porque hace con el balón lo que quiere. Nos faltaba un futbolista como él, que en cualquier jugada pueda sacar algo. Aparte de esto, tiene trabajo y puede dar mucha variedad al juego ofensivo”. José encontró petróleo en plena sequía.

Asen: Vuelve el gol. El Córdoba ratificó su potencial contra el Girona. El Arcángel disfrutó con el 2-0 a un conjunto caracterizado por su pétreo sistema defensivo. Asen marcó en casa ocho meses después y Javi Flores puso la guinda con una acción fantástica. Alegría, alegría.

Katxorro: La brújula. El 1-1 en Castalia ha refrendado la trayectoria de un Córdoba rocoso y con capacidad de reacción: neutralizó el tanto de Ulloa y mereció la victoria. Katxorro alteró el partido tras relevar a Ito en el descanso. Para Pierini, “puede ocurrir que en un partido necesitemos un jugador de determinadas características. Es muy bueno que el equipo esté sin la alarma encendida porque pueden entrar Katxorro, José Vega o Gastón Casas, como este domingo, o Guzmán, como ante el Girona. Es importantísimo, porque necesitamos a todos, con sus cosas buenas y menos buenas. Si todos estamos preparados para jugar, el que se beneficia es el equipo”. Así es.