Voleibol

Georgina, aquel bello símbolo

  • La argentina, icono de los años dorados del voley en Córdoba, continúa jugando en Italia

Sus remates, su plástico saque, la estética de su juego, su polémico paso del Cajasur al Inversa 3000, su belleza... La argentina Georgina Pinedo fue el icono de los años dorados del voleibol en Córdoba, aquellas dos temporadas mágicas en las que la ciudad disfrutó de un deporte que hasta entonces era reducto para las minorías. Símbolo de una etapa cercana en el tiempo pero lejana en las sensaciones, la atacante suramericana que deslumbró en Córdoba continúa desarrollando esta temporada su carrera en Italia después de recorrer medio mundo.

Georgina llegó a la ciudad como el fichaje estrella del Cajasur, que aterrizaba con ímpetu en su primera temporada en la Superliga. Procedente del Albacete, la argentina se convirtió pronto en el referente ofensivo en la pista, pero también en protagonista de alguno de los múltiples episodios extradeportivos que rodearon una temporada extremadamente convulsa en el club granate. Sus esbeltos saques en suspensión y sus poderosos remates la convirtieron en el icono de un equipo que llegó a reunir a más de un millar de personas en Vista Alegre el día que tuvo contra las cuerdas al intocable Marichal.

Los problemas económicos zarandearon el proyecto granate, que acabó el curso 04-05 como el rosario de la aurora. Pese a todo, y aunque durante ese verano tuvo los dos pies fuera del equipo, Georgina regresó en la campaña 05-06 para liderar un equipo de circunstancias producto de una economía de guerra. El Cajasur se hundió desde el principio, mientras que desde Valdeolleros irrumpía la fuerza del Inversa 3000 Adecor. Con dos equipos en la Superliga, Córdoba se había convertido en uno de los epicentros del voleibol nacional.

Su tensa relación con el club granate acabó hace justo dos años cuando recibió la baja, un caso que acabó en los tribunales. La bomba llegó apenas una semana después cuando la argentina cruzó la acera para firmar por el Inversa 3000. Del rojo al azul en cuestión de días. De un equipo perdedor al nuevo ganador. Con el Adecor se clasificó para los play off por el título y siguió ofreciendo destellos de su calidad, pero todo se acabó ese verano. El descenso del Cajasur y la desaparición de los equipos profesionales del club azulino acabaron con una bella historia, con el idilio de Córdoba con el voleibol.

Entonces, Georgina -formada en la cantera del Boca Júniors, internacional absoluta y que antes de llegar a España ya había jugado en el Siram Roma- inició un peregrinaje que le llevó a destinos tan exóticos como el Polisan Degimendere turco (06-07), el Univalle La Paz boliviano (07) y vuelta a Turquía para jugar en el Bursa Nilufer BelediyeSpor (07-08). Este verano regresó a Italia y tras probar con varios equipos se enroló en el San Vitto, equipo de la Serie A2.

"Al ser un pueblo chiquito de apenas 11.000 habitantes todo el mundo está muy pendiente de nosotras. Los partidos son una cosa de locos", dice Georgina, asentada en la costa de Brindisi, justo en el tacón de la bota transalpina. Allí sigue jugando a sus 28 años el bello icono de los años dorados.

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