El pequeño compendio de paradojas que explican el baloncesto puede favorecer el espectáculo. Como en todos los All Star Games, los jugadores participantes competirán abiertamente por hacerse con el premio al Mejor Jugador del encuentro. En consecuencia, de esta lucha de poder a poder puede derivarse un encuentro equilibrado a pesar de la teórica superioridad de la Conferencia Oeste sobre el Este. Y aunque estos Partidos de las Estrellas no suelen aportar nada al baloncesto –aunque sí al espectáculo, y al deleite contemplativo–, si el encuentro llega a sus últimos seis minutos igualado, el choque puede dejar para la historia jugadas que rocen la perfección. Porque, al final, y teniendo en cuenta que el MVP siempre pertenece al equipo ganador, lo que importa es precisamente eso: ganar.

No obstante, para cuando el All Star Game alcance el clímax, Nueva Orleans habrá disfrutado ya de todos los actos previos al encuentro. Esta madrugada se celebrarán el Celebrity Game, un encuentro de famosos vinculados al mundo de la música y la comedia eminetemente lúdico, y el Rookie Challenge: el desafío de los novatos. Ese será el marco del debut en un All Star Weekend de Juan Carlos Navarro, que competirá con una selección de debutantes contra los jugadores de segundo año, encabezados por Brandon Roy (Blazers) y Andrea Bargnani (Raptors). La tradición da ventaja a los jugadores de segundo año; no obstante, la presencia de Durant, del potente Moon y de nuestra Bomba Navarro pueden decantar el choque en favor de la promoción de 2007. No en vano se habló de ella como el mejor grupo desde el Draft del 84.

La madrugada del sábado acogerá los concursos clásicos de la NBA, más el concurso de habilidades y el de tiro. Los matadores abrirán fuego, con ventaja para el Wolve Gerald Green, favorito en principio para una competición en la que también concurren Dwight Howard (mucha potencia pero escasa movilidad para un concurso que, salvo excepciones, ha sido pasto de jugadores exteriores), el ex de lo Globetrotters Jamario Moon y Rudy Gay. El concurso de habilidades dará paso el de triples, en el que el glamour lo aportará Kobe Bryant, que debuta en este evento. El compañero de Gasol, no obstante, no está entre los favoritos. Kapono, campeón hace un año, y la estrella local Peja Stojakovic parten con ventaja. El serbio, por cierto, pugnará por engrosar el club de tricampones del concurso de triples, al que, por el momento, sólo pertenecen Larry Bird y Craig Hodges. El ex de los Kings fue campeón en 2002 y 2003.

Y en la madrugada del domingo al lunes, el colofón. Un All Star Game en el que, 14 ediciones después, no estará Shaquille O’Neal, pero sí LeBron James, Kobe Bryant, Dwight Howard, Dwyane Wade, Carmelo Anthony, Tim Duncan, Dirk Nowitzki... Y los locales Chris Paul, David West y Byron Scott, como técnico. Su presencia tiene tanto de meritorio como de políticamente correcta y humanitaria. Cabe recordar que el New Orleans Arena, que alojará el fin de semana, fue el refugio para los ciudadanos de Nueva Orlenas tras el desastre del Katrina, sucedido en el verano de 2005. 123 televisiones de todo el mundo retransmitirán para 215 países y en 44 idiomas la resurrección de la ciudad. Será una fiesta local de repercusión mundial bajo el signo común del baloncesto. Un motivo más para que las estrellas congregadas quieran hacer algo más que brillar. Querrán competir y ofrecer detalles de perfección. Quizá apenas dure unos minutos. Pero la mera existencia de esa posibilidad hace que merezca la pena trasnochar.

El imprevisible Navarro jugará en el marco adecuado. Juan Carlos Navarro representará a España en el All Star Weekend, y a los Grizzlies en el Desafío de los Novatos. Precisamente, el encuentro de los jugadores de segundo año (sophomores) contra los rookies es el escenario ideal para que brille la versión más espectacular del escolta catalán. Este encuentro, tradicionalmente, se caracteriza por la ausencia de tensión defensiva, la relajación general de sus participantes y la permisividad arbitral en pos de un espectáculo más plástico que baloncestístico. En esa tesitura, las rachas de tiro de Navarro y su repertorio de bombas imposibles le ubican como un firme candidato al premio de MVP del encuentro. Con permiso del alero de los Sonics y favorito al premio al novato del año, Kevin Durant. Obviamente.