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España se hunde tras el descanso, pero celebra una plata para la historia

Noruega, la defensora del título y campeona olímpica, hizo valer en la final su espectacular potencial ante una España que soñó media hora y que, aunque se hundió en la segunda parte, firmó con una brillante plata la mejor actuación de su historia.

La derrota no empaña la gran labor del conjunto español en una competición que arrancó con un esperanzador empate precisamente ante Noruega y cerró con una derrota a la postre demasiado amplia para el buen trabajo hecho durante la primera mitad.

Y es que España planteó dura batalla a las nórdicas en varias fases de la primera parte de la final, tanto que el sueño dorado pareció encontrar fundamento. El buen comienzo del equipo de Dueñas, liderado en ataque por Marta Mangué y Begoña Fernández, encontró la recompensa de una diferencia de tres goles con 3-6 y 5-8.

Pero un par de pérdidas de balón despertaron al gigante nórdico, que se hizo con el mando con un parcial de 5-0 (10-8). Noruega alcanzó el descanso con mínima ventaja de 13-12, y ahí se acabaron las esperanzas de éxito de la selección española.

Un parcial de 3-0 de salida fue el principio del fin (16-12), porque Noruega se lanzó en pos de su tercer título seguido sin compasión. No tuvo ya el cuadro de Dueñas capacidad de reacción y sucumbió en todas las líneas ante un vendaval de balonmano. Las nórdicas festejaron contragolpe tras contragolpe y la diferencia se disparó en progresión geométrica.

Perder, lógicamente, siempre deja mal sabor de boca, sobre todo cuando se cae con amplitud después de haber tenido dominado el partido, pero la selección femenina española sale de Macedonia reforzada, con un hito histórico como la plata, algo impensable hace tan solo unos días y que es un premio de gran magnitud para un equipo que ni siquiera pudo estar en los Juegos de Pekín.

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