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Equis en el día del adiós

  • El Ximénez y el Valladolid firman unas justas tablas en una cita intensa

Empate justo el que protagonizaron el Ángel Ximénez-Avia y el Atlético Valladolid en el penúltimo encuentro de la temporada, que sirvió para despedir la competición en el Pabellón Alcalde Miguel Salas, un duelo intenso y parejo, de una gran intensidad defensiva, que estuvo siempre nivelado y que dejó un buen sabor de boca entre los aficionados.

Los primeros compases fueron un poco alocados, con un intercambio de goles que parecía dibujar un escenario de guarismos altos. Pero poco a poco las defensas subieron el nivel, ahogando el juego de los centrales y los laterales, lo que se tradujo en escasa fluidez en la circulación de balón y en una dinámica más trabada de mínimas concesiones al rival. Los dos equipos se alternaban en el marcador con ventajas testimoniales, aunque eran los pucelanos los que mejor sabían aprovechar los desajustes de un Ximénez que echaba en falta a David Jiménez, y que se estrellaba constantemente contra la defensa pucelana y las intervenciones de un acertado César Pérez.

El acierto de los extremos Viscovich y Serrano fue contrarrestado por los goles de Juanlu Moyano, pero en el tramo final, de nuevo los de Pisonero pisaron el acelerador para poner un inquietante 9-11 que obligó a Julián Ruiz a parar el duelo. El Ángel Ximénez se rehizo, gracias también a la entrada de Leo Almeida, que volvió a jugar tras su lesión en la rodilla, pero eso no impidió que los pucelanos se fuesen al descanso arriba (13-14).

Ya en la segunda mitad, el partido comenzó a parecerse a una ruleta rusa. Los locales firmaron un arranque brillante, con un Oliva espectacular en la puerta, y tomaron la delantera con un 16-14 que abría buenas perspectivas. Pero una vez más aparecieron los errores y los de Pucela revirtieron la situación para igualar. Rudovic, con dos dianas seguidas, animó a la parroquia local, pero el acierto de Viscovich a la contra dio oxígeno a los visitantes, que a partir de una defensa rocosa y aguerrida cortocircuitaban las ideas del Ximénez.

Pese a todo, los empates se sucedían y ese escenario se mantuvo hasta el tramo final. Entre otras cosas porque el Ximénez perdió varias ocasiones para sentenciar, lo que dio vida a un Valladolid que siempre respondió, incluso tras recibir el 27-26 en inferioridad, con un último gol de Roberto Pérez. La jugada final, con lanzamiento de Almeida, se estrelló en la defensa visitante, dejando unas justas tablas en un día de despedidas.

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