No se cumplió el dicho de "a entrenador nuevo victoria segura" y el Priego encajó una nueva derrota. La papeleta no era fácil para Pedro Couñago, que estrenaba cargo recibiendo al líder, un Montilla que al final acabó ganando (2-5). El nuevo técnico prieguense, que suple en el cargo a Kempes, reconoce que tiene ante sí una difícil empresa. Su equipo es farolillo rojo, con el ecuador de la competición ya rebasado y vislumbrando la salvación a la friolera de once puntos. Sin embargo, afirma que "si no creyera que es posible la permanencia, no habría venido. Imposible no hay nada y sólo nos queda mirar al frente y trabajar".

Couñago confiesa que "al llegar me he encontrado con un equipo que físicamente estaba mal. Ahora, con el trabajo de Juande Benítez, ex preparador físico del Lucena, trataremos de mejorar en este aspecto. Además, han salido algunos de los jugadores malagueños que empezaron, por lo que no tenemos más remedio que intentar reforzarnos".

El primero en llegar ha sido Fabio, centrocampista zurdo que militara en el Córdoba B, el Villa del Río y el Egabrense la pasada campaña. El meta Barroso, ex del Montalbeño, será el siguiente en incrementar el plantel.

Para el nuevo técnico, la solución pasa por "cambiar la dinámica de trabajo y mentalidad y sumar los máximos puntos posibles sin mirar la clasificación".