El Ciudad de Lucena se tomó su particular venganza ante un Córdoba B que venció a los celestes en el encuentro de ida. En un partido que por fin se jugó después de haber sido aplazado hasta en dos ocasiones, los de Dimas Carrasco hicieron valer su espectacular arranque y su gran primera parte para superar a un filial que, pese a que mejoró en el segundo tiempo, no fue capaz de sacar a relucir su calidad ante una férrea zaga lucentina. 

Al inicio, el choque no tuvo la igualdad que se esperaba y se notó en la primera jugada. A los dos minutos de partido, Zequi sorprendió a todos con un disparo inalcanzable para Lluís Tarrés y adelantó a los suyos. Quedaba mucho partido pese al inmejorable comienzo de los locales. Sin embargo, iban a ser los de Dimas Carrasco quienes dominaran el juego tanto en las ocasiones de gol como en la solvencia defensiva en una primera mitad donde los blanquiverdes fueron incapaces de crear peligro en la portería celeste.

Poco después el Ciudad de Lucena lo volvería a intentar por medio de un Zequi que desde la frontal exigió la estirada al meta cordobesista. El choque estaba siendo un monólogo de los locales, que dominaban y se encontraban más cómodos que los blanquiverdes. Tanta era la superioridad del conjunto de la Subbética que, en el minuto 22, de nuevo amplió la ventaja en el luminoso. Fue Javi Forján quien cabeceó el saque de esquina al fondo de la red de Tarrés para confirmar el estado de gracia de los suyos.

Con la clara ventaja de dos goles a favor del conjunto lucentino, todo parecía que se iba a decantar para un  Ciudad de Lucena ambicioso. Eso no ocurriría con la facilidad que se esperaba, pues, tras el paso por vestuarios, el Córdoba B demostró que podía revertir la situación y dio un paso adelante en el encuentro. De menos a más, los de Diego Caro se fueron haciendo con la posesión del esférico, aunque seguían faltos de ideas en ataque.

Un golazo que se quedó en nada

Desaprovechó Ale Marín una buena oportunidad que les pudo meter de lleno en el partido. Eso lo conseguiría en el 58' Rober. El centrocampista, que acaba de entrar al terreno de juego desde el banquillo, ajustó a la escuadra un tremendo disparo desde el vértice izquierdo del área al que no pudo llegar Javi Cuenca y que les dio a los de Diego Caro el ánimo que les faltaba. 

A partir de ese gol, fue el Córdoba B quien se hizo con el dominio de los últimos compases del choque. Los de Dimas Carrasco redujeron la intensidad y cedieron el control del balón a los visitantes, que confiaban en que el empate o incluso la remontada eran posibles. En un despiste defensivo de los locales, Fernandito puso el miedo en el cuerpo de la grada lucentina. El filial estaba llegando a campo contrario, aunque sin lucidez, mientras que el tiempo se les agotaba.

Corría el minuto 85 cuando los blanquiverdes gozaron de la mejor ocasión del choque para los suyos. Un pase de Abreu al desmarque de Ale Marín dejó al centrocampista solo ante Javi Cuenca, pero fue el portero quien estuvo más acertado con una rápida salida que evitó que el filial lograse la igualada. Con ímpetu lo seguían intentando los blanquiverdes, que estaban mereciendo el empate ante un sólido Ciudad de Lucena que no se dejaba intimidar.

Aferrados a los cuatro minutos que se añadieron al tiempo reglamentario, el Córdoba B, desgastado físicamente, no fue capaz de sobrepasar una zaga lucentina muy férrea. Ni Rober asomándose a la misma esquina desde donde recortó distancias con una genialidad, ni los centros laterales al área local que colgaron desesperadamente en busca del ansiado gol les valió al filial del Córdoba CF para igualar un duelo entre rivales directos que deja al Ciudad de Lucena con una ventaja de seis puntos sobre los blanquiverdes.