"¿Christian, te vienes a Córdoba o no? No". Así de tajante se mostró el lateral zurdo del Racing de Santander al ser interpelado sobre la posibilidad de acabar siendo cedido al equipo blanquiverde por lo que resta de temporada. Una negativa tajante que cierra uno de los primeros culebrones del mercado invernal.

El defensor cántabro no negó en ningún momento el interés mostrado desde la secretaría técnica cordobesista por hacerse con sus servicios, pero explicó que su intención es "quedarme en el Racing" para "demostrarle a Muñiz que puede contar conmigo, que puedo ser titular".

Las diferencias, como recalcó el defensa, no estriban en lo crematístico: "No es ningún problema económico". El verdadero obstáculo que ha truncado la operación es, según explicó Christian, que no quiere "ir otro año cedido", pues el año pasado militó durante media temporada en Las Palmas, siendo uno de sus más brillantes profesionales, y prefiere "intentar ganarme un puesto en el Racing".

La historia que ayer terminó (a expensas de que "surgiera algo muy extraño", como dijo el protagonista) comenzó hace ya algún tiempo. La dirección deportiva cordobesista, en cuya cabeza visible se sitúa Emilio Vega, expresó su voluntad de incorporar a un futbolista para la banda izquierda en la rueda de prensa inmediatamente posterior al despido del primer entrenador de esta temporada, José González. El equipo blanquiverde había comenzado la temporada con un único inquilino para esa zona, Rubén Párraga, y contando con la teórica polivalencia del lateral diestro Juan Carlos Ceballos, la aportación del también zurdo central Aurelio y, en última instancia, con el canterano Villarejo.

Sin embargo, el catalán no ha convencido a banda cambiada -de hecho, Mario actuó en esa zona en caso de necesidad en su lugar- y tanto el sevillano como el futbolista del filial siguen inéditos esta temporada.

Así pues, Christian Fernández era el futbolista perfecto para reforzar esa parcela del campo. Rápido, fuerte y con llegada. Con 23 años y experiencia en la categoría (23 partidos y 4 goles el año pasado con Las Palmas).

Su llegada y su confianza en sus propias condiciones físicas han sido, en parte, su propia tumba para Muñiz, con un concepto del juego del lateral más clásico y menos ofensivo. Esta temporada empezó contando con minutos, hasta que el técnico asturiano del Racing decidió relegarle al ostracismo.

Sin embargo, y a pese a que el acuerdo entre Emilio Vega y su homónimo en la institución cántabra Roberto Bedoya era total, el jugador no se moverá de Santander. Al menos en principio. Porque desde algunos medios de comunicación cántabros se afirma que todo puede ser una estrategia para, finalmente, acabar jugando de amarillo en Las Palmas. En todo caso, al Córdoba le ha dado calabazas.