Nástic-córdoba

Charles, lejos del área (0-0)

  • El Córdoba, con un solo hombre en punta, pudo adelantarse en un notable primer tiempo y durante gran parte del segundo. La expulsión del brasileño cortó las alas al conjunto de Paco Jémez.

Como en Cartagena, el Córdoba obtuvo en Tarragona su segundo empate a domicilio en esta Liga. También sin goles y ante un equipo en zona de descenso. El cuadro de Paco Jémez se hizo acreedor a la victoria en el primer tiempo y el gol se mascaba en el segundo, pero la roja directa a Charles cortó las alas a un conjunto que en el último cuarto de hora se afanó en proteger su botín con un hombre menos. A 2011 sólo le queda una jornada y el CCF sigue cuarto. En la pomada. 

Sin los dos centrales titulares, Arzu y Xisco Campos, ni el holandés Powel, autor de ocho de sus 14 tantos, el Nàstic salió agresivo, apretando muy arriba a un rival que mantenía el sistema 4-3-3 que venía de avasallar al Alcoyano en un santiamén con tres novedades de carácter defensivo: Fernández como lateral, Gaspar como central y Alberto Aguilar como pivote en detrimento de Fuentes (con gastroenteritis; Cerra pasó a la izquierda), Tena y López Garai. El secreto a voces del partido estaba en el medio, en dominar la pelota para cansar al contrario y lanzar ganchos al mentón. En el primer escarceo visitante, López Silva dribló a Sergio Juste y centró sin consecuencias. 

D'Alessandro pedía intensidad a los suyos porque el Córdoba, tranquilo más allá de las filigranas de Morán y de un remate de Viguera que Alberto García blocó desde la escuadra, empezaba a jugar mucho en campo contrario. Avanzando por la izquierda preferentemente. Por la derecha, Borja García, Charles o Carlos Caballero no estaban finos. Así, un envío pasado del número 10 cayó en los dominios de López Silva, cuya rosca se fue envenenando hasta chocar en el poste. El onubense siguió la estela de Mingo y Javi Hervás, amonestados en el arranque, y vio su amarilla por pedir protección para Charles con malas formas. 

Peragón ya no es el que era. Morán o Mingo, tampoco. Los años pesan a la hora de pifiar en controles fáciles. Y esos dividendos en los balones divididos impulsaban al Córdoba, que buscó variantes en las acciones de estrategia y en el intercambio de posiciones entre Borja y López Silva. Al filo de la media hora, con el público inquieto, Charles cayó al costado derecho de nuevo y cedió para Hervás, cuyo disparo desde la frontal fue detenido por Rubén Pérez con ciertos apuros. 

Tampoco funcionó un golpe franco de Carlos Caballero desviado por la barrera ni el siguiente córner, otra vez sacado en corto. El equipo llevaba la voz cantante en un encuentro comprimido en 50 metros en torno al círculo central, por lo que los fueras de juego no se hacían de rogar. Fernández sí rompió la línea con un pase al hueco de Caballero, pero su centro raso no encontró a un amigo. Cabe recordar que el CCF actuaba con un solo delantero, y además Charles era más proclive a abrir huecos para el resto y a apretar los dientes en la guerra de guerrillas con los soldados adversarios que a esperar su oportunidad en la zona decisiva. Le llegó, de manera fortuita, a Hervás: ya al borde del descanso, una cesión atrás de Seoane habilitó al mediocentro, que fue perfilándose en el costado derecho del área para buscar el ángulo con la zurda. Se le escapó por bastante. 

El revés de una ocasión tan clara no mermó el ímpetu del Córdoba, que regresó de la caseta con una marcha más. De hecho, tanto Cerra como Fernández se acercaron a las inmediaciones de Rubén Pérez en los primeros compases, y López Silva y Borja se dejaron ver en rápidas transiciones; en una de ellas se pidió penalti por mano de Sergio Juste. Mientras Luna había suplido a Peragón en el intermedio, en el frente foráneo calentaban Quero, Patiño y Pepe Díaz. 

Los arreones vigorosos y los choques estaban a la orden del día y encresparon a la grada, muy crítica con Javi Hervás por su teórica faceta de actor. Nadie regalaba nada, los ánimos se iban caldeando. Cada uno miraba por lo suyo en la disputa de unos puntos muy valiosos para no bajar o subir, respectivamente. Quedaba media hora cuando Paco se acordó de Pepe por delante de Patiño para recuperar el 4-4-2. Poco después, Tuni relevó a Morán. Futbolistas con pasado -repito: pasado- en Primera. 

La presión aurinegra y la propia hacían que los centrocampistas granas, atenazados, se equivocaran más de la cuenta. Y el Córdoba, voraz, seguía lanzándose al cuello para dar un mordisco. Visto lo visto, con una dentellada bastaría, porque el Nàstic ni la olía en ataque. López Silva, Borja, Charles e incluso Alberto Aguilar, que cortaba y voleaba sin contemplaciones, lo intentaron en lanzamientos desde lejos a la espera del golpe de gracia. 

Con el colmillo afilado entró Quero, infrautilizado en los compromisos recientes. Apenas había entrado en calor cuando a Charles se le fue la mano al cortar una jugada con Cerra tumbado en el césped. Al lateral le había dado un pisotón el local Seoane, provocándole una aparatosa brecha en la pierna. Con su compañero sangrando y gritando de dolor, el brasileño perdió el control y protagonizó una aparatosa entrada que le salió muy cara. A él, que se fue al vestuario, y a todo su equipo. La roja directa a falta de un cuarto de hora, justo castigo a una patada desproporcionada, dejó a Díaz solo arriba y animó a l técnico local, Jorge D'Alessandro, a buscar la victoria con defensa de tres, mientras que Jémez volvió a recurrir al trivote al sacrificar a Borja para dar empaque con López Garai. 

Corría el minuto 82 cuando el enésimo fuera de juego, en este caso posicional, neutralizó un gol de Tuni con Alberto García despistado por el rebote en Gaspar. El portero se lució en otra acción que también estaba invalidada. El equipo catalán pende de un hilo en su cruzada por la salvación y por eso achuchó como si le fuera la vida en ello, jaleado por una afición que se resiste a perder la fe. Pero el Córdoba, corajudo, aguantó de pie en los cuatro minutos de descuento y se llevó un punto que le permite seguir soñando con los ojos abiertos.

- Ficha del partido:

0 - Gimástic: Rubén; Sergio Juste, Mairata, Alex Ortiz (Eloy Gila, min.77), Mingo; Rodri, Seoane, Morán (Tuni, min.62), Longás; Viguera y Peragón (Luna, min.45).

0 - Córdoba: Alberto García; Fernández, Gaspar, David Prieto, Cerra; Borja García (López Garai, min.80), Caballero (Pepe Díaz, min.60), Hervás, López Silva (Quero, min.74); Charles y Alberto A.

Arbitro: Sánchez Martínez, del comité murciano. Mostró cartulina amarilla a Peragón (min.4) y Seoane (min.90+), por parte local, y a Hervás (min.7) y López Silva (min.19), por parte visitante. Expulsó con roja directa a Charles (min.75).

Incidencias: Encuentro de la decimoséptima jornada de la Segunda División, disputado en el Nou Estadi de Tarragona ante unos 5.250 espectadores.

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