"El fútbol tiene estas cosas. Allí había una apuesta fuerte, un presupuesto alto, un equipo para intentar ascender, y estamos expuestos a eso si los resultados no llegan. Simplemente le deseo mucha suerte a partir de ahora, a ver si pronto está otra vez entrenando. Lo siento mucho. Esperemos que a nosotros no nos pase eso". Luna Eslava no podía hacer otra cosa que compadecer a su paisano Pepe Murcia, que formaba tándem en el Celta con Rícar -su etapa en Vigo se acaba al mismo tiempo- y ha sido destituido por lo de casi siempre: los malos resultados. Tras sumar sólo dos puntos en los seis últimos partidos, el cuadro gallego sólo tiene cinco puntos más que el Córdoba. El sustituto es Eusebio Sacristán, ex futbolista del Barcelona y el propio Celta, que ha firmado por lo que queda de temporada y una más.

Pepe Murcia recaló en Vigo el pasado verano, tras curtirse en el Alcázar y el Séneca y dirigir al Córdoba (campaña 01-02), el Cartagonova, el Atlético de Madrid B, el Atlético, el Xerez y el Castellón. Ayer, a pesar del mal trago, se marchó con señorío.

"Creo que al trabajo tanto del cuerpo técnico como mío se le puede calificar de muy honrado. Pedimos disculpas si nos hemos equivocado en algún momento", comentó Murcia, para quien "ha sido un orgullo poder pertenecer al Celta. Desde hoy hay un celtista más. Me voy muy orgulloso también de tener una peña celtista con mi nombre".

Estima que "el fútbol hay que desdramatizarlo", pues "aunque a nadie le gusta llegar a esta situación, y mucho menos al que despiden, hay que aceptarlo con la mayor naturalidad posible".

En su despedida pidió a los jugadores "una actitud correcta. No hay que pensar en personalismos, sino en el bien del Celta. Espero que a partir del domingo -reciben al Huesca- la actitud sea mejor que la de la última semana". A veces, el problema no está en el banquillo.