Efímera es la gloria en el mundo del fútbol. Hace sólo cinco años Joan Laporta accedía a la presidencia del Barcelona con el respaldo masivo de una hinchada que le saludaba como el "nuevo Kennedy". Hoy, esa misma afición lo repudia.

El Camp Nou asistió el domingo a la penúltima pesadilla de la temporada con la derrota por 2-3 ante el Mallorca, la continuación a la humillante victoria del Real Madrid por 4-1 en el clásico. Sólo acudieron 39.000 espectadores, la peor entrada en años, y los pocos asistentes se unieron para lanzar un sólo grito: "¡Barça sí, Laporta no!".

La afición azulgrana dictó sentencia: le ha retirado el apoyo a Laporta, a quien considera como el gran responsable de la debacle vivida en los dos últimos años, en los que el Barcelona no ha ganado ningún título importante. Detrás vienen los jugadores, con casos como los de Ronaldinho, Eto'o, Henry o Deco.

"El Camp Nou explota", tituló ayer Sport, que añadió: "Se ha roto el encanto con el presidente más votado de la historia del club. Parece mentira cómo Laporta ha podido dilapidar en tan poco tiempo el inmenso caudal de confianza del socio. La afición tiene personalidad y opinión propia, observa y sentencia. No admite la falta de transparencia ni las actitudes equivocadas". Lo mismo piensa Mundo Deportivo, que publica: "La afición quiso dejar muy claro que está en contra de la gestión de dos temporadas nefastas". La imagen de Laporta, por los suelos.