Después de varios meses de espera, el barcelonismo descubrió por fin la elegancia y la autoridad de Henry, líder del equipo en su victoria ante el Murcia.

A falta de un juego deslumbrante, al Barça le sostiene su impresionante repertorio de nombres. Entre ellos está Henry, fuera de foco durante la primera parte del curso y rehabilitado ante el Murcia. Salió a relucir su cambio de ritmo, su jerarquía y su capacidad para desviar el rumbo de los partidos. Fue la mejor noticia para el Barcelona, que pierde a Eto'o durante al menos quince días debido a la Copa de África.

Lejos queda ya aquel Barça pletórico, capaz de desplegar un fútbol incontestable. Pese a ello, ante el Murcia aparecieron varios síntomas de recuperación, especialmente en la segunda parte, cuando el equipo de Rijkaard gobernó el partido de principio a fin, manejando el balón con rapidez y criterio. Pero cuando el Camp Nou empezaba ya a silbar el juego plano de su equipo frente a un Murcia agazapado, Gudjohnsen abrió el marcador y desbrozó el camino hacia la victoria.

La seguridad de Valdés, que salvó un mano a mano con Baiano, relanzó al Barcelona. Con espacios por delante, Henry comenzó a parecerse al del Arsenal. No marcó el francés, pero le imprimió velocidad al juego, asistió a sus compañeros y barrió todo el frente de ataque.

Primero fue Bojan, encargado de sentenciar con el 2-0 rematando en boca de gol una excelente acción de Henry. Se puso tan plácido el partido que el Barcelona comenzó a gustarse al ritmo del francés, recuperada por fin su mejor versión en un equipo que peca de monótono desde hace varias semanas.

También asistió Henry a Eto'o en el tercer gol, idéntico al segundo, una acción que resumió el traspaso de poderes que vivirá el equipo. Escudado por Bojan, a quien ha apadrinado con delicadeza, Henry garantiza la continuidad del estilo del Barça en el ecuador de la temporada.