El delantero francoargelino Karim Benzema fue presentado en el estadio Santiago Bernabéu como el cuarto fichaje de la nueva etapa de Florentino Pérez al frente del Real Madrid, en un acto en el que estuvo también acompañado por el presidente de honor de la entidad, Alfredo di Stefano, pero en el que aún no pudo lucir el que será su dorsal en su nuevo periplo como jugador blanco.

El máximo mandatario madridista subrayó que la presentación del ex atacante del Olympique de Lyon se produjo justo ocho años después de que llegara a la casa blanca un mítico jugador, también francés de origen argelino, como lo fue Zinedine Zidane. Precisamente Benzema se refirió a él como uno de sus ídolos junto a otro ariete con el que comparte semejanzas, Ronaldo.

"Se trata de un jugador joven, pero ya ha demostrado ser el mejor de la liga francesa. Es uno de los mejores goleadores del fútbol europeo", aseguró Florentino Pérez, que recordó la llegada de Zidane al club blanco y advirtió de que estas incorporaciones "sólo son el comienzo". "A partir de ahora tenemos mucho que trabajar para alcanzar nuestro desafío", añadió el presidente madridista, que reiteró sus deseos de "seguir el camino trazado por Santiago Bernabéu".

Además, Pérez agradeció el apoyo de la afición durante estas semanas de presentaciones, un respaldo que según el propio mandatario suponen "la fuerza y la ilusión necesarias para seguir construyendo el Real Madrid". De esta forma, con un Fondo Norte del coliseo blanco abarrotado, los aproximadamente quince mil espectadores que asistieron al acto demostraron el ejemplo de lealtad de los aficionados del Real Madrid.

Benzema, sin número en la camiseta, se dirigió a los aficionados que poblaban las gradas del Bernabéu, en menor medida que el pasado lunes con Cristiano Ronaldo, pidiendo disculpas por su español y dando las gracias a los seguidores.

"Soy muy feliz por jugar en el mejor club del mundo, orgulloso de jugar en el club de mis ídolos Zidane y Ronaldo. Gracias al presidente Florentino Pérez", dijo Benzema, que imitó el gesto de Cristiano Ronaldo y contando hasta tres reclamó un "Hala Madrid" de todo el estadio, antes de besarse el escudo en repetidas ocaciones ante la petición de los aficionados presentes.