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Asalto al mito de El Alcoraz

  • El CCF debe imponer su toque en un campo amplio (105x68) y con el césped en buen estado · Por arriba lleva las de perder

La relación de amor-odio entre el Córdoba y El Alcoraz, el campo donde consumó su último ascenso en 2007 pero nunca ha ganado, vivirá un nuevo episodio el sábado a partir de las 18:00. El conjunto de Paco Jémez, enrachado con sus cuatro victorias consecutivas -incluido el 0-1 en la Nueva Condomina en la Copa del Rey-, expondrá sus armas de asalto en un estadio rodeado de un peculiar misticismo. Porque en Huesca se puede jugar, y muy bien, al fútbol.

Se habla de El Alcoraz como una ratonera. Nada más lejos de la realidad. Es cierto que la afición aprieta, pero el aforo no va más allá de los 5.300 espectadores. Además, la remodelación del recinto a raíz de subir a Segunda en 2008 mejoró ostensiblemente la fachada de Tribuna, las oficinas, el palco, la sala de prensa, los vestuarios o los banquillos. Y, por encima de todo, el césped está cortito y húmedo y las dimensiones oficiales (105x68) son las prototípicas; en teoría las de El Arcángel son 105x70, pero otras fuentes apuntan a un comprimido 100x68. En cualquier caso, no hay excusa para no lucirse en Aragón este sábado. Como no la habrá el miércoles 12 (18:00), cuando ambos equipos se enfrenten en la tercera eliminatoria copera en El Arenal. El Huesca pasó (1-0, gol de Roberto) a pesar de que el Xerez actuó con diez desde el minuto 2 y acabó con nueve.

Este Córdoba enamora porque a su propuesta vistosa está añadiendo triunfos. Uno detrás de otro. Después de ofrecer señales alentadoras ante el Almería (1-1) y en Valladolid (derrota por 2-0), el equipo ha cogido velocidad de crucero a costa del Murcia, el Numancia, Las Palmas y el Xerez. Victorias por la mínima, pero victorias al fin y al cabo. Y con tramos de un fútbol magnífico, basado en el toque desde atrás, la profundidad y el remate a puerta. Acoso y derribo para paladares exquisitos.

El CCF se encontrará con un adversario reanimado por el 1-3 al Nàstic. A pesar del espaldarazo en Tarragona, el combinado azulgrana sólo suma cuatro puntos. Ángel Royo, un entrenador novato en la categoría, ha ido modificando el patrón táctico (del sistema 4-1-4-1 al 4-2-3-1) y la combinación de las piezas para atajar las lagunas defensivas -es el equipo más goleado de la Liga Adelante, con 11 tantos en contra- y la tendencia a abusar del pelotazo ante la falta de ideas. Y al menos el pasado sábado dio con la tecla. El técnico abrió el curso con Luis Helguera como único pivote, y ahora apuesta por dos mediocentros creativos, Molina (cedido por el Espanyol y con mucho talento y recorrido) y Luis Sastre. Después de un banquillazo, Helguera ejerció de central en el Nou Estadi. La expulsión del cordobés Clavero obliga a Royo a devolver el lateral izquierdo a Toni, que ataca bien pero defiende mal. El brasileño Gilvan Gomes, un zurdo eléctrico y punzante, debe ser la llave en las ofensivas por los costados, con Javi Martínez o Jokin Esparza por la derecha, Camacho como enganche -ojo, ya lleva cuatro dianas- y Roberto como delantero centro. La alternativa en el área es Tariq, que hizo mucho daño al Córdoba la campaña pasada.

Hay que acabar con el cliché de que El Alcoraz es un campo pequeño. No, no lo es. Se tiende al engaño por la estructura del estadio y por el tradicional empuje del Huesca, amparado en los balones colgados y el máximo aprovechamiento de las segundas jugadas. Ahí, a pesar de lo que dicen los números (un gol encajado en los cuatro últimos partidos, coincidiendo con la titularidad del boliviano Carlos Arias en la portería), el CCF está sufriendo de lo lindo. Como pruebas, el gol de Ulloa a los cinco minutos del arranque de la temporada o los remates de los centrales Diego Herner (Las Palmas) y David Lombán (Xerez), ambos a bocajarro y repelidos por Arias tirando de reflejos, en sendos barullos en los dos últimos encuentros. Hay que ser más expeditivo en esas acciones, sobre todo en Huesca.

La falta de centímetros es una de las flaquezas de un equipo que sustenta su juego aéreo en los dos centrales, Tena y Gaspar; el pivote defensivo, Alberto Aguilar -vuelve a estar disponible tras faltar ante el Xerez por el fallecimiento de su abuela- o López Garai, y Charles. Poco más. Ni siquiera se ha estrenado en la Liga Balsas, ya recuperado de su lesión de rodilla y muy útil en esta faceta por su 1,97. Así, Arias ha tenido que salvar los muebles en más de una ocasión. El guardameta internacional, que volará a Bolivia a la conclusión del choque de la séptima fecha para disputar los dos primeros partidos clasificatorios para el Mundial de 2014, ha dado muestras de seguridad por arriba.

La concesión de faltas laterales o frontales y saques de esquina a un bloque con el toque de Gilvan o Camacho y el remate del propio Camacho, Roberto, Helguera o Tariq será una invitación al suicidio. El Córdoba debe asumir el control de la pelota, con la personalidad que ya ha evidenciado, y buscar las cosquillas a un bando que como local ha recibido seis goles en dos envites: 0-3 ante el Alcorcón y 3-3 con el Alcoyano después de ir ganando por 2-0. Además del balón, otro factor esencial juega a favor de los blanquiverdes: la moral.

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