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Argentina plantó cara

Era un duelo que llevaban tiempo esperando en Estados Unidos. Tras la victoria suramericana en las semifinales de 2004, le tenían ganas. Querían llevar a la máxima expresión el término de Redeem Team y demostrar que son mejores que sus rivales, que todo aquel que ose oponerse. Y así fue, ganando por 81-101.

Y eso que Argentina opuso resistencia e incluso llegó a situarse a seis puntos al filo del descanso (40-46). Sin embargo, el peso del mal inicio y los problemas físicos de Ginóbili no permitieron a los argentinos lograr una machada histórica, si bien consiguieron salir con la cabeza muy alta y, probablemente, como el equipo que más problemas ha planteado a Estados Unidos.

Argentina pagó el terrible arranque de partido, en el que recibió un parcial 0-18 y se encontró 4-21 abajo, además de sufrir la lesión de Manu Ginóbili, que no pudo jugar ningún minuto más en lo que quedaba de encuentro. Pese a ese duro inicio, Argentina consiguió reaccionar gracias al ímpetu de su segunda línea, hombres como Quinteros o Juampi Gutiérrez, y al inconmensurable talento de un Luis Scola que acabó con 28 puntos. Con esos argumentos llegó a acercarse a seis (40-46) al filo del descanso e inquietó durante toda la segunda mitad, pero no fue suficiente. Y es que Estados Unidos apretó en defensa, consiguió varios contraataques fáciles y aprovechó su superioridad física para hacerse con rebotes ofensivos y anotar muchos tiros libres para mantenerse siempre por encima de la decena.

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