Desde el día de su presentación como nuevo entrenador del Maderas Pérez, Antonio García quiere marcar distancias y encarar un nuevo reto, "porque el pasado ya no cuenta nada".

Así de decidido se mostró el técnico cordobés de 32 años, que afrontará en Bujalance su primera experiencia profesional tras una década vinculado al banquillo en categorías inferiores. Pese a su bisoñez, el presidente Miguel Pérez le recibió "convencido de que triunfará, porque tiene todas las cualidades para ello: capacidad de trabajo, personalidad y conocimientos".

García, que con la camiseta rojilla logró el ascenso a División de Plata en 2004, llega a Bujalance "con el deseo de seguir ilusionando a todo un pueblo y a toda Córdoba", orgulloso de ser elegido para "una apuesta arriesgada".

En su estreno en un banquillo profesional, el técnico aterriza "sin miedo ninguno", aunque asume que estará "en el ojo del huracán, porque éste es el banquillo más deseado". En ese sentido, Antonio García quiso dejar claro que espera no ser objeto de comparaciones con la etapa de Fede Vidal en el banquillo del Maderas, "porque sería un error. Intentamos partir con un nuevo proyecto y no yo ni espero que nadie se lo plantee, porque a estas alturas no aporta nada".

De hecho, aunque asumió que "sería absurdo" cuestionar la labor de Vidal, el nuevo entrenador del Maderas incidió en que con su llegada arranca "una etapa con nuevos métodos de trabajo, aunque de momento sólo puedo garantizar trabajo. En los resultados influyen otros factores".

En esa nueva etapa, el técnico tratará de "ajustar el equipo a mi personalidad", haciendo énfasis en "la intensidad defensiva y la estrategia", con la intención de hacer "un juego vistoso, bonito para el espectador y que repercuta en el espectáculo".