Al trabajo le llaman virtud los que no tienen que trabajar, para engañar a los que trabajan. Los profesionales del Córdoba ya están ejercitándose a pleno rendimiento después de su periplo vacacional. Y en buen ambiente. Porque se nota en los rostros, en los gestos, que han vuelto con las pilas cargadas y con una buena dosis de ilusión en los zurrones.

Y eso que, por dentro, deben ser conscientes de que el horno no está para bollos (o para roscones, que pegan más ahora). Son siete ya los partidos en los que el Córdoba no ha sumado de tres en tres, y la cómoda renta de puntos con los puestos de abajo se ha recortado a cinco. Por si fueran pocos motivos para la, cuanto menos, inquietud, encima el calendario que les viene es de aúpa. Los próximos visitantes de El Arcángel son nada menos que el Sporting, la Real, el Celta y el Málaga.

Sin embargo, los propósitos para el nuevo año son firmes, y en el seno de la entidad ribereña parece que la calma sigue siendo la mejor consejera. Emilio Vega alaba la actitud de sus profesionales y sigue sin hablar de posibles fichajes, Paco Jémez les regala un día de descanso para poder celebrar el fin de año y los chicos responden entrenándose a tope y con una sonrisa en el rostro. Ser uno de los conjuntos que más tarde han vuelto al tajo parece que les ha sentado muy bien.

Muchos detalles de profesionalidad. Como el de Arthuro, que renunció a un día de descanso en Brasil. O el de Mario, que se empeña en querer demostrar su valía en Córdoba y que jura y perjura que se encuentra en perfectas condiciones para suplir al sancionado Dani en el lateral derecho (y para ello se ha entrenado en solitario durante el asueto en su Madrid natal). Todos están convencidos de su propia mejoría.

Precisamente Dani pide al club que recurra su tarjeta por sus ganas de jugar y Carrión anima aún más el cotarro viendo desde la banda la sesión de los aún suyos. Nadie quiere borrarse del mapa a pesar de la posible crisis.

Y una mañana -la del domingo- en ciernes que puede ser crucial para el futuro de la Liga. Un rival fuerte, una maldición del Canal Plus para desmitificar y un estado de ánimo que variar en el aficionado. Porque ellos, así y por fuera, ya parecen estar a tope.