El Ángel Ximénez-Avia busca su tercera fase final consecutiva de la Copa del Rey. Para ello, tiene que ganar al Fraikin Granollers en la cuarta y última eliminatoria previa, que arranca este jueves en Puente Genil (Pabellón Alcalde Miguel Salas, 20:45) y se decidrá el domingo en tierras vallesanas (Palau D'Esports de Granollers, 19:30). El premio será estar el próximo mes de marzo en una nueva Final 8, que sería la cuarta en la historia pontana.

El doble compromiso ante el cuadro catalán llega plagado de incógnitas. La principal es comprobar qué equipo vuelve mejor a la competición tras más de un mes de parón, por la Navidad y el Europeo tan brillantemente conquistado por España. Los de Paco Bustos, que volvieron a los entrenamientos el pasado día 8, acumulan varias semanas de intensa puesta a punto, con el reto de mantener el buen nivel de juego exhibido en las últimas jornadas de la primera vuelta de la Liga Asobal.

A la espera de poder contar con el iraní Allahkaram Esteki, que el sábado consiguió la quinta plaza con su selección en el Campeonato Asiático, tras perder el paso a la final ante Corea del Sur en los penaltis, el Ángel Ximénez intentará cambiar el paso de las últimas visitas del Granollers a su pista para tener opciones. Porque los vallesanos acumulan tres victorias consecutivas en Puente Genil, la más reciente -y la más amplia- el pasado mes de octubre (26-32).

Por aquel entonces, Paco Bustos todavía no había encontrado la fórmula para arrancar un proyecto que poco a poco ha ido carburando, hasta situarse en mitad de la tabla en el torneo liguero y a un paso de la fase final en la Copa. Por el camino, los pontanos dejaron ya a los gallegos del Cisne y el Atlético Novás, ambos de la División de Honor Plata, con un pleno de victorias que seguramente ahora será más complicado alargar.

El primer reto será parar la conexión entre el central Ian Tarrafeta, la joya del balonmano español, y el pivote internacional Adriá Figueras. Por ahí tendrá mucho trabajo hecho un Ángel Ximénez-Avia que parte con la obligación de sacar una renta que le permita afrontar con garantías el encuentro de vuelta o, al menos, dejar viva una eliminatoria que todo indica que se decidirá por pequeños detalles.