El Ángel Ximénez y el Atlético Valladolid jugaron un partido de ruleta rusa sobre el 40x20 del Alcalde Miguel Salas, un choque frenético repleto de intercambio de goles en los arranques de cada parte, y donde el desenlace final fue absolutamente imprevisible, con tres tantos en los últimos 30 segundos para acabar dejando un reparto de puntos que beneficia más a los pontanenses en su objetivo de conquistar la octava plaza.

Los primeros minutos del encuentro fueron un verdadero correcalles, con goles por doquier en los veloces ataques que protagonizaron ambos equipos. A los tantos de unos respondían los otros nivelando la balanza, un equilibrio total que dibujó un 5-5 antes de llegar al minuto seis. Fue a partir de ahí cuando las defensas comenzaron a notarse un poco más, si bien fueron los pucelanos los que mantuvieron la delantera en el electrónico, gracias sobre todo a la efectividad del extremo Jorge Serrano, que con sus 12 goles demostró el porqué de su liderato en la tabla de máximos goleadores de la liga.

Pese a ello, el Ángel Ximénez trató de rehacerse con el paso de los minutos, y tras reponerse a una exclusión de Marcio da Silva fue recortando las diferencias. Las rotaciones de Bustos dieron frescura al equipo y finalmente Mitic logró la igualada (11-11), a falta de nueve minutos para el descanso. Pese a que los vallisoletanos empataron, Marcio da Silva adelantó de nuevo a los locales, antes de que dos goles de Serrano voltearan otra vez el marcador para dejar un 13-14 de camino a vestuarios.

Ya en la segunda parte, el inicio fue completamente calcado al de la primera mitad, con otro recital de intercambio de goles por parte de los dos equipos frente a unas defensas muy blandas, y hasta cierto punto inoperantes, y unos porteros que prácticamente nada podían hacer frente a los cómodos lanzamientos que recibían en seis metros. Los de Pisonero mantenían la ventaja entre uno y dos goles, pero al igual que sucediera en la primera mitad, la dinámica cambió, en esta ocasión liderada por el central Juan Castro, que firmó un sensacional partido, bien secundado por el lateral David Estepa.

Un gol del leonés empató el encuentro 21-21, antes de la exclusión de Víctor Rodríguez, que dio paso a un parcial de 3-0 favorable a los de Puente Genil. Con el 24-21, y quince minutos por delante, el entrenador del Atlético Valladolid paró el encuentro para frenar la hemorragia, y le salió bien, porque de nuevo los pucelanos contrarrestaron la desventaja con otro parcial de 0-3 donde el acierto de Serrano marcó la diferencia.

Nadie quería perder, pero parecía muy difícil que un equipo le ganara a otro. Con el paso de los minutos, ya en el tramo final, comenzaron los errores, las imprecisiones y los nervios, y aunque el Ximénez abrió nuevamente hueco con dos goles de Javi García, Valladolid acortó diferencias por medio de Rodríguez, y posteriormente empató con un gol de Serrano. Quedaban poco más de dos minutos para el final, y fue ahí cuando tocó volver a abrocharse los cinturones para asistir a un final de vértigo. Dani Pérez puso el 27-28, nivelado por Xavi Túa. En el siguiente ataque, la pareja arbitral canaria, muy protestada durante todo el encuentro, decretó siete metros y exclusión de Joao Pedro da Silva, pero el infalible Serrano envió el balón a la madera, dando opción de llevarse la victoria al Ángel Ximénez.

Paco Bustos paró el partido a falta de 44 segundos y, en inferioridad y bajo amenaza de pasivo, David Estepa anotó el 29-28. Pisonero pidió tiempo muerto con medio minuto por jugar, y tras sus instrucciones, en la siguiente acción, Diego Camino empató, en una jugada donde los pontanenses reclamaron falta en ataque. Sin embargo, el Ximénez sacó rápido de centro y Cuenca anotó el 31-30, antes de que otra vez el equipo visitante nivelara por última vez el encuentro con un tanto de Adrián Fernández casi sobre la bocina. Al final reparto de puntos con sabor agridulce para ambos, ya que el equipo de Puente Genil se vio ganador en los últimos segundos, y el Atlético Valladolid, pese al empate in extremis vio cómo su central, Diego Camino, sufría una lesión de gravedad en la rodilla en el último suspiro del encuentro.