Jaén - Córdoba · la crónica

Amarás a tu prójimo (0-0)

  • El CCF no pasa del empate en un derbi en el que, sin dominar, gozó de las ocasiones más claras. Xisco falló un penalti y mandó un balón al larguero; Pedro también se topó con el palo.

Un equipo que falla un penalti y se topa hasta por dos veces con el larguero de la portería enemiga tiene que ganar sí o sí. Siempre que no sea el CCF, que tras firmar un partido aseado, en el que nunca consiguió imponer su teórica superioridad pese a tener las oportunidades más claras, acabó pidiendo la hora ante un Jaén que se volcó con todo y disfrutó de un puñado de minutos en superioridad numérica por la expulsión de Samu. Ese desenlace es el que hace que el punto termine teniendo un sabor más dulce, aunque un equipo que quiere pelear por estar arriba no puede seguir pinchando ante recién ascendidos… 

Villa dejó los experimentos para otro momento y apostó de inicio por el mismo equipo que plantó ante el Numancia una semana antes. Pero al igual que ante el cuadro soriano, se encontró de salida a un rival valiente y descarado, anclado en un 4-1-4-1 buscando la superioridad en el centro del campo para arrebatar la posesión a los blanquiverdes. No le salió mal la jugada a Manolo Herrero, pues fue el Jaén el que controló los primeros minutos, sobre todo lanzado después de que Víctor Curto acariciara el poste derecho de Saizar al primer minuto de juego. Fue un susto del que pronto se recuperó el CCF, al que la presión local le obligó a jugar más directo de lo que normal. Un hándicap que le incomodó, pero que no le sacó ni mucho menos de la batalla. 

Pero precisamente en dos toques estuvo a punto de dar diana en sus dos primeras aproximaciones serias. En la primera, Xisco lanzó arriba tras un envío a la espalda de los defensas desde campo propio de Abel Gómez; en la segunda fue el larguero el que se interpuso entre el tiro de Pedro, que ya había sentado a Nando con un buen recorte dentro del área. El Córdoba ya sufría menos y, además, llegaba con bastante peligro, aunque aún le costaba imponerse en el encuentro. Quizás lo hubiera hecho si Xisco no hubiera marrado un penalti, dudoso, cometido por Dani Torres sobre él mismo, pero se encontró con la mano prodigiosa, abajo, de otro cordobés motivadísimo: Toni García. Una situación, por cierto, que desquició por unos minutos al delantero, que hasta se ganó una amarilla por una falta a destiempo muy lejos de su zona de influencia. 

Esa acción despertó a la alertagada afición jienense y empezó a dibujar un partido muy distinto, más bronco, más competido en la medular, menos activo en las áreas. Aún así, Pedro volvió a comprobar que Toni estaba de dulce con un zurdazo desde la frontal que el meta sacó de la mismísima escuadra. Ya no había un dominador claro. Todo estaba mucho más equilibrado y los escasos acercamientos a las áreas eran bien resueltos por ambas líneas defensivas. Curto probó fortuna de nuevo con un zapatazo desde la frontal que ni siquiera encontró portería y, ya con el descanso en la cabeza de algún pelotero, vio cómo una peinada tras un córner salía muy cerca del palo largo de Saizar. Se ve que a pesar del gol del otro día del Numancia, Villa sigue firme en la no conveniencia de colocar un hombre junto al poste… 

El paso por los vestuarios reactivó el ánimo del Jaén, que salió nuevamente a cazar, sabedor de que su objetivo de la permanencia pasa inexcusablemente por hacerse fuerte en casa, donde ya el Eibar, en el estreno liguero, arrancó el triunfo. Pero este equipo, visto lo visto ayer, ya se ha quitado los complejos de recién ascendido y va claramente a más, por mucho que a nivel individual refleje un punto menos de calidad que sus rivales, empezando por el propio CCF. Aunque, claro está, eso es algo que luego hay que demostrar sobre el verde y, a ser posible, tocando al menos una vez más la portería contraria. 

Tras unos minutos de tanteo, el cansancio hizo acto de presencia, las líneas se rompieron y la cosa comenzó a animarse de lo lindo, con chicha en las dos áreas. La afición blanquiverde amagó con cantar gol tras un envío de Pedro que se paseó por la línea de gol tras tocar en Nando. La respuesta jienense fue mucho más contundente, con un balón a la espalda de Fran Cruz de Víctor Curto que Israel Jerez no pudo hacer bueno por la rápida salida de Saizar. Fue un susto mayúsculo. Pero nada como la nueva aparición de un Xisco que parece claro que está gafado en este inicio de curso. Su testarazo, tras un preciso envío desde la derecha de Janse, fue a morir nuevamente en el larguero cuando Toni García no podía hacer más que la estatua. Un guiño del destino con un Jaén que había visto en las cinco jornadas precedentes como el gol le era esquivo por tan poco una vez por semana. 

Con el subidón moral de contar con aliados por todas partes, el Jaén se lanzó en el último cuarto de hora a por el partido. Aprovechando la movilidad de Curto y con la variante de jugar sin un nueve referencia para buscar los espacios tras los primeros cambios, el partido se volcó hacia el portal de Saizar. Al CCF le costaba un mundo salir, a pesar de que Villa cambió los cromos en la parte más adelantada del equipo. Era un momento para comprobar la madurez del equipo, que tras tener el partido en su mano en varias fases del mismo, tenía que intentar salvar un punto. Sobre todo a raíz de verse con diez por la expulsión de Samu a dos minutos del 90. Tocó sufrir, pero al contrario que en Ipurua, el CCF aguantó en pie, a pesar de que se reclamó sobre la bocina una caída de Óscar Quesada en el área. Es la lectura positiva, aunque ya van tres duelos ante recién ascendidos sin sumar de tres en tres…

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