Sevilla volvió a ser talismán para la selección española de fútbol, que cumplió su objetivo y logró el billete directo para el Mundial de Catar 2022 tras cosechar una sufrida victoria en La Cartuja frente a Suecia. Un gol de Morata a cinco minutos del final acabó con la incertidumbre y certificó la clasificación de La Roja para la próxima cita mundialista.

Por una vez el seleccionador español siguió el guión más o menos previsto y dio entrada de inicio a Azpilicueta, Pau Torres, Jordi Alba, Busquets, Carlos Soler y Dani Olmo por Carvajal, Íñigo Martínez, Gayà, Rodri, Koke y Morata. La mayor sorpresa en el once fue quizás la suplencia de este último y la continuidad de Raúl de Tomás, esta vez como referencia arriba. Suecia, por su parte, dejaba en el banquillo a Ibrahimovic y apostaba por la velocidad y el dinamismo de Kulusevski e Isak en la punta de ataque.

El partido comenzó con una selección española dispuesta a mandar desde el primer minuto. Los de Luis Enrique buscaban constantemente a Gavi, un faro en el centro del campo. Tocaban con rapidez y acierto, pero sin prisa por pisar área. Como advirtió el míster en la previa, no había margen para la especulación. Fruto de este dominio inicial llegó, a los ocho minutos, la primera ocasión de peligro gracias a un gran disparo desde la frontal de Sarabia que se marchó fuera por muy poco. El público de La Cartuja también ponía de su parte apretando de lo lindo desde las gradas.

Tardaron poco más de diez minutos en despertar los suecos, necesitados del triunfo para no verse abocados a la repesca. Un par de arrancadas de Isak precedieron a una gran oportunidad de Forsberg, que aprovechó la pasividad de la zaga española para colarse por el medio y buscar el disparo desde la frontal. Unai Simón tocó lo justo para evitar el tanto.

Pasaban los minutos y se apagaba el ímpetu inicial de La Roja, que a base de toque no era capaz de crear ocasiones claras de peligro ante la cerrada defensa sueca. El disparo lejano fue el único recurso al que pudieron agarrarse Dani Olmo y Jordi Alba, pero sus intentos resultaron infructuosos.

Suecia empezó a creérselo e incluso se animó a tener el balón, aunque el envío largo para Isak seguía siendo prácticamente su único recurso ofensivo. También buscaban el fallo español los visitantes... y casi lo aprovechan en el 33, cuando Unai Simón pecó de exceso de confianza y estuvo a punto de perder la pelota ante la presión de Kulusevski. Por suerte pudo salir airoso del lío el meta del Athletic.

Apretaban los suecos, que en el 38 disfrutaron de la ocasión más clara del primer periodo. Centró Augustinsson desde la izquierda y Forsberg, que llegaba totalmente solo al segundo palo, remató de volea demasiado cruzado. Metían miedo a La Cartuja los de Janne Andersson, que acabaron haciéndose con el control del partido y sometiendo a una difuminada selección española. El empate con el que se llegó al descanso fue la mejor noticia para La Roja.

El partido se reanudó sin cambios en los onces ni en la dinámica de juego, pues no tardaron los suecos en generar una nueva ocasión de peligro aprovechando un fallo de la defensa española. Un absurdo error de Azpilicueta en la salida de balón acabó con el cuero en pies de Isak en la frontal del área. Por suerte el delantero de la Real Sociedad no pudo conectar bien el disparo.

Tampoco estuvo fino Raúl de Tomás con un remate de cabeza a la salida de un córner que salió demasiado cruzado. Ni, en la jugada inmediatamente posterior, Forsberg para enganchar una volea cuando se encontraba en franca posición de remate. El partido parecía romperse, una mala noticia para los de Luis Enrique. El técnico reaccionó con los cambios de Rodrigo Moreno y Morata por Sarabia y De Tomás y el ritmo de juego se calmó. Había síntomas de mejoría en los locales, cada vez más cerca de la meta de Olsen. Sin embargo, el peligro de un gol en contra que lo mandara todo al traste permanecía ahí.

Gavi y Morata corren eufóricos a celebrar el tanto del delantero de la Juve.

El partido entró en la Zona Cesarini con todo por decidirse. La tensión atenazaba a los españoles, que cayeron ingenuamente en el correcalles que proponía Suecia. Sin embargo, el intercambio de golpes acabó beneficiando a España. A cinco minutos del final, una contra la culminó Dani Olmo con un espectacular trallazo que salvaron entre Olson y el palo. Por suerte apareció Morata, que arrancó en posición correcta, para recoger el rechace y dar, por fin, un merecido respiro al público de La Cartuja. 

No hubo ya partido hasta el final. Suecia lo intentó por puro orgullo, pero Sevilla iba a volver a celebrar una clasificación de España para la fase final de un gran torneo. Lo hizo en el 83 en el Villamarín, en el Pizjuán en el 93 y vuelve a hacerlo este domingo en La Cartuja. Porque España, aun sufriendo, ya está en Catar 2022.