Fútbol | Final de la Europa League

Final de la Europa League en Sevilla | La invasión del Eintracht

Los jugadores alemanes festejan con la presencia masiva de seguidores del Eintracht en Barcelona.

Los jugadores alemanes festejan con la presencia masiva de seguidores del Eintracht en Barcelona. / Alejandro García | Efe

El Eintracht retorna a la lucha por un título continental después de haber invadido en el césped a todos sus rivales lejos de Fráncfort y en las gradas de los estadios de Europa con su apasionada e incondicional hinchada.

El cuadro germano se ha plantado en la final sin perder partido alguno lejos de su Deutsche Bank Park. Ha ganado cinco de los seis disputados. Tan sólo el Fenerbahce turco, en la última jornada de la fase de grupos pudo empatarle.

Después, con Oliver Glasner en el banquillo (relevó a Michael Angerschmid), fueron sucumbiendo uno tras otro. Superó a Amberes y Olympiacos en el grupo D y en las eliminatorias venció en Sevilla al Betis, en el Camp Nou al Barcelona y en el Olímpico de Londres al West Ham.

Su solidez atrás, su buena disposición en el césped, su vértigo y su pegada han sorprendido a equipos sobre el papel superiores para llevarlo a la lucha por el título en el Ramón Sánchez-Pizjuán.

Un empate inicial en casa ante el Fenerbahce (1-1), que se adelantó con un tanto de Mesut Ozil, lo revirtió en la segunda jornada en Amberes con una diana sobre la campana del luso Gonçalo Paciencia (0-1).

Los dos triunfos ante el Olympiacos (3-1 y 1-2) relanzaron su candidatura a llegar lejos, y remató el liderato del grupo con empates en casa ante el Amberes (2-2) gracias a otro gol sobre la campana de Paciencia y en Estambul contra el Fenerbahce (1-1).

El liderato le otorgó el pase directo a octavos, en los que se encontró con el Betis, que llegaba después de superar al Zenit San Petersburgo en dieciseisavos pero con la vitola de favorito en la eliminatoria.

En cambio, el Eintracht desde el primer momento fue una amenaza en el Benito Villamarín y se llevó el triunfo por 1-2 para poner a su favor la eliminatoria camino de la vuelta en Fráncfort.

El segundo encuentro fue vibrante y emocionante a más no poder. El Betis forzó la prórroga con un tanto en los últimos instantes de Borja Iglesias, pero cuando todo se encaminaba a los penaltis un autogol del argentino Guido Rodríguez, en la acción final del periodo añadido, significó el 1-1, las lágrimas del conjunto del chileno Manuel Pellegrini y el delirio en la grada de los enfervorizados seguidores alemanes.

En la ida un grupo de aficionados del Eintracht protagonizaron en Sevilla unos tristes incidentes al pegarse con los seguidores del West Ham, cuyo equipo iba a jugar al día siguiente ante el propio Sevilla FC.

A partir de ahí, los hinchas del cuadro alemán han sido protagonistas, al igual que su equipo, pero de forma muy diferente. En Barcelona, para la vuelta de cuartos de final, dejaron una de las imágenes de la competición: una auténtica marea blanca por la ciudad y una presencia más que notable en las gradas del Camp Nou.

Su equipo había salvado un 1-1 en Fráncfort ante el gran favorito al título, el Barça de Xavi Hernández, que tras salir de la Champions se encomendaba a esta Liga Europa. Pero la sorpresa fue aún más absoluta cuando el serbio Filip Kostic y el colombiano Rafael Santos Borré pusieron un 0-2.

Sergio Busquets y el neerlandés Memphis Depay pusieron en la prolongación el 2-2 que no evitó el k.o. azulgrana y la clasificación del cuadro de Glasner, que había dado otra demostración.

Esta tuvo su continuidad en la semifinal ante un West Ham que se había cargado al rey del torneo y anfitrión de la final, el Sevilla, en octavos, entre otros, y que apuntaba muy alto.

Otra vez se mostró intratable en su condición de visitante. Venció en Londres por 1-2 con goles de Ansgar Knauff y del japonés Daichi Kamada, y en la vuelta no dio ninguna opción al cuadro inglés. Santos Borré certificó el 1-0 y el pase a la final, con lo que se desquitó de la semifinal perdida hace tres campañas ante el Chelsea en la tanda de penaltis y de la eliminación, también en la penúltima ronda, de la Recopa de 1976, ante el propio West Ham.

Su sueño sigue, por tanto, muy vivo y volverá a disputar una final continental 42 años después de ganar la Copa de la UEFA 1979-80 ante el Borussia Mönchengladbach.

Fase de grupos:

Eintracht 1 - Fenerbahce 1

Amberes 0 - Eintracht 1

Eintracht 3 - Olympiacos 1

Olimpiakos 1 - Eintracht 2

Eintracht 2 - Amberes 2

Fenerbahce 1 - Eintracht 1

Octavos de final:

Betis 1 - Eintracht 2

Eintracht 1 - Betis 1

Cuartos de final:

Eintracht 1 - Barcelona 1

Barcelona 2 - Eintracht 3

Semifinales:

West Ham 1 - Eintracht 2

Eintracht 1 - West Ham 0

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