'Igualdad y libertad' | Crítica

Ideas que mejoraron un mundo

  • La editorial Página Indómita publica 'Igualdad y libertad', un ensayo imprescindible para conocer las aportaciones del jurista Norberto Bobbio a la historia del pensamiento político

Norberto Bobbio, en 1994, cuando fue nombrado doctor 'honoris causa' por la Universidad Carlos III de Madrid.

Norberto Bobbio, en 1994, cuando fue nombrado doctor 'honoris causa' por la Universidad Carlos III de Madrid. / Efe

Renunció a los dogmas comunistas –tan atractivos para otros intelectuales italianos de su tiempo– y formuló tesis de un socialismo democrático que triunfaría en las democracias occidentales tras la caída del Muro y de la URSS. Norberto Bobbio, jurista y filósofo político, es un nombre esencial en la historia del pensamiento político. Por sus estudios, por sus aportaciones académicas, por las ideas que divulgó y que casi acuñó, podríamos decir. Cuando en el socialismo, y en la izquierda más integrista, apostaron por políticas y sistemas de gobierno con los que se alejaban de la democracia liberal –es decir, que se acercaban al fracaso en la historia–, Bobbio supo conciliar los principios liberales y socialistas en una tercera vía que sirvió para introducir aciertos del socialismo en una democracia que no sólo podía ser capitalista. Superando un debate de décadas y sentando las bases de sociedades occidentales prósperas, plurales y abiertas.

La editorial Página Indómita, en traducción de Carlos Fernández Muñoz, acaba de recuperar y publicar Igualdad y libertad. Ensayo que sintetiza el ideario del politólogo italiano en torno a dos de sus principales ocupaciones: la reflexión sobre el concepto de igualdad y de libertad. Si tuviéramos que recomendar un libro con el que conocer, aproximarnos, a la obra de Bobbio, elegiríamos esta edición –preciosa edición, como todo su catálogo– de Página Indómita. Con acertado prólogo de Gregorio Peces-Barba, Bobbio trabaja la relación entre la igualdad y la libertad, en sus múltiples manifestaciones. Y como decimos, supera un debate que dividió a intelectuales, juristas, economistas… durante décadas: el dilema entre la libertad de la persona y la seguridad de los individuos. La confrontación entre una visión liberal y capitalista y otra socialista e intervencionista.

No sabemos cómo hubiese sido occidente sin el triunfo de estas tesis, sin párrafos como el siguiente: "El hombre, como persona, o para ser considerado como persona, debe ser, como individuo en su singularidad, libre, mientras que, como ser social, debe mantener una relación de igualdad con otros individuos". Bobbio defiende en estas líneas una libertad que no puede ser sinónima de deshumanización y de injusticia social, y apunta a un equilibrio, siempre pertinente, entre la libertad de cada uno y la igualdad entre todos. Es decir, lo que hemos disfrutado –al menos formalmente– como sociedad europea en buena parte de la segunda mitad del XX y en estas dos décadas del XXI.

Portada del libro. Portada del libro.

Portada del libro.

Peces-Barba, en su prólogo, resume en tres corrientes, liberal, democrática y socialista, las ideas de Bobbio. Desde la óptica liberal, el filósofo italiano considera que debe protegerse una esfera de libertad que es consustancial a la persona; desde el plano democrático, Bobbio defiende que la persona tiene que participar en la "formación" de las normas que luego decidirán sobre el ciudadano; por último, desde la perspectiva socialista, concluye el teórico que "todo ser humano debe tener el poder efectivo de traducir en comportamientos concretos los comportamientos abstractos previstos en las normas constitucionales, que atribuyen este o aquel derecho". Son consensos de cultura política que hoy día se sobreentienden, y que dan la impresión de que siempre estuvieron ahí, pero recordemos que hablamos de un autor cuya obra fue elaborada en un tiempo donde el totalitarismo comunista era una realidad política tan aceptada, y defendida, como cualquier otra. Y donde los derechos humanos, y las libertades públicas, eran un bien no siempre reconocido en sociedades muy próximas.

Interesa lo que Bobbio escribe sobre la igualdad de oportunidades, que cree primordial en un Estado socialdemócrata (al igual que apunta que el principio de igualdad ante la ley es imprescindible al hablar de Estado liberal), y sobre la idea del igualitarismo (un concepto a veces demasiado manoseado). Sobre este último, y su relación con el liberalismo, Bobbio opta por la complementariedad de ambos, dejando a un lado las tesis marxistas ortodoxas y las tesis liberales fundamentalistas. Los primeros sospechan que la libertad, en nombre del liberalismo, es una herramienta de la clase privilegiada para mantener su estatus a través de la ley. Los segundos, en cambio, están convencidos de que el igualitarismo es un error, pues tan sólo sirve para negar la libertad del individuo y favorecer una igualdad que no enriquece, sino limita. Pero bien discute Bobbio que "de la crítica que las doctrinas igualitarias llevaron a cabo contra la concepción y la práctica liberal del Estado nacieron las reivindicaciones de derechos sociales que han transformado profundamente el sistema de relaciones entre el individuo y el Estado". El filósofo político, una vez más, en un claro ejercicio de agudeza y honestidad intelectual, manifiesta que ambas corrientes, liberal y socialista, no son necesariamente excluyentes en muchos de sus aspectos y consideraciones. Y que juntas pueden materializarse en una tercera vía que signifique progreso, igualdad y defensa de las libertades.

Las corrientes liberal y socialista no son excluyentes para Bobbio: pueden juntarse en una tercera vía

La noción de libertad ocupa la segunda parte del ensayo, y cierra el volumen. En breves epígrafes, el autor recorre el concepto de libertad positiva y libertad negativa, el determinismo, la vinculación entre la libertad y el Estado, incluso se cuestiona la "verdadera" libertad. En este último apartado, relevante y excelente, Bobbio argumenta la razón de por qué es necesaria una "libertad positiva", de obediencia, en este caso a las leyes. Que no impide el desarrollo de lo que entendemos por "libertad negativa". Resultan magistrales los fundamentos en los que plantea su idea: no somos menos "libres" por obedecer. Recuerda Bobbio que hay ocasiones en las que cumplir con la norma es cumplir con uno mismo.

Igualdad y libertad nos acerca al pensamiento político de Norberto Bobbio, un filósofo y jurista que supo interpretar las claves de su tiempo y reflexionar sobre el mundo en el que vivió, y también sobre el que estaba por llegar.

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