Fake News | Crítica

La Resistencia (liberal)

  • Gascón plantea una sátira basada en hechos alternativos: "la forma de llegar a la verdad es a través de las mentiras"

Daniel Gascón.

Daniel Gascón. / José Ángel García

En una de las viñetas del libro, dibujadas por el propio Daniel Gascón (desconocíamos sus dotes de ilustrador), un tipo le suelta a otro: "Si todos pensarais como nosotros, no tendríamos este problema de polarización". En otra, otro tipo dice: "Como intelectual independiente, sé lo que tengo que pensar un segundo antes de que me lo manden". Y un tercer Fulano nos amonesta: "Tan demócratas no seréis si estáis contra el gobierno".

Escritor, columnista de El País y editor de la edición española de Letras Libres, Gascón (Zaragoza, 1981) ha escrito un libro serio y, por tanto, bienhumorado. El lector liberal, que vive sus horas más excitantes con la dilución del centro político liberal, lo sabrá agradecer. Si existe La Resistencia de Broncano, pues he aquí otra, La Resistencia (liberal). Es la de quien se atreve a decir a contrapelo que tiene tendencia a desconfiar del consenso, que Kafka no es checo sino que vive en Cataluña o que el éxito de ciertos políticos no le viene por ser un preclaro estadista sino por el hecho gregario de que genera menos rechazo (caso de Juanma Moreno).

Portada del libro. Portada del libro.

Portada del libro. / D. S.

Tanto hablar de la larga digestión de Franco y nos hemos olvidado de la dictadura de pensamiento único que hoy nos aplasta bajo su carne fofa. Algo parecido ocurre a lo que decía Max Aub, cuando visitó casi de matute la España de Franco. Dijo que lo peor no era que no hubiera libertad, sino que no se notara su falta. Claro que hay libertad en España, pero a costa de ser menos libres. Fake News está escrito a modo de farsa. Es irónico y paródico ("toda sátira es profecía. Toda parodia es eufemismo", dice Gascón). Crónica de hechos alternativos, ilustrada con viñetas, Fake news nos muestra que en medios, debates y tertulias nos stop lo que existe no es pensamiento, es posicionamiento. Nadie escapa a esta etiqueta y por eso recuerda Gascón el "rebaño de mentes independientes" del que habló Harold Greenberg.

El lector disfrutará de esta sátira sobre la política española basada en ficciones muy verdaderas. Para todo plumilla es de obligada lectura el Curso de ética periodística que plantea Gascón acompañado por otro par de viñetas. En una un periodista teclea su portátil angustiado ("Se me han acabado los tópicos y me falta medio artículo"). Y en otra un lector-conmilitón de prensa proclama que "a mi periódico le exijo que confirme mis prejuicios".

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