Tribuna

La cláusula ‘Pessoa’ para darle el Nobel a Javier Marías

  • Hoy cumpliría 71 años el novelista varias veces candidato al premio

Javier Marías, cuando rechazó el Premio Nacional de Narrativa en 2012.

Javier Marías, cuando rechazó el Premio Nacional de Narrativa en 2012. / Javier Lizón / Efe

José Saramago (1922-2010) nació dos días antes de que muriera Marcel Proust (1871-1922). En 1998 recibió el Nobel de Literatura, aunque ese año para Javier Marías no fue importante por eso, ni por el centenario de la pérdida de las colonias ni el siglo transcurrido desde el acta de bautismo de la generación del 98. Lo importante de ese año en el devocionario de Marías es que después de 32 años de sequía, el Real Madrid, su equipo, volvía a conquistar la Copa de Europa en Amsterdam frente a la Juventus de Turín y de Zinedine Zidane, que el año del Nobel de Saramago ganó el Mundial con Francia frente a Brasil.

El gol que le dio al Madrid la séptima, que suena a sinfonía de Beethoven, lo marcó Mijatovic, al que menciona junto a Suker en su última novela, Tomás Nevinson, ponderando la facilidad de los futbolistas eslavos para aprender idiomas frente a la dificultad intrínseca que tenemos el resto de los mortales. Palabra de Marías, que además de novelista era traductor.

Hoy es el primer cumpleaños de Marías sin Javier. Me es fácil de recordar porque coincidía con el de mi madre. Cuando él nació, Maruja Naranjo, la que me dio la vida, cumplía 18 años. Los que el novelista cumplió el año que el hombre llegó a la Luna. Su muerte me ha cogido releyendo El año de la muerte de Ricardo Reis, que tengo dedicada por Saramago en noviembre de 1986.

Ricardo Reis es un médico de Oporto que ha vuelto a Portugal después de vivir varios años en Río de Janeiro. En Lisboa conoce la noticia de la muerte de Fernando Pessoa a la edad de 47 años. El doctor Reis tiene 48. Pasa unos días en el hotel Bragança, donde celebra la llegada del año 1936. Año pródigo en sus primeros días en muertes de personajes célebres: Valle-Inclán, Rudyard Kipling, el rey Jorge V, el abuelo de la monarca británica cuyos funerales se celebraron ayer. La novela es una crónica de la llegada al trono de Eduardo VIII, el tío de Isabel II. Ricardo Reis se declara monárquico sin rey.

En varios momentos, Fernando Pessoa se le aparece a Ricardo Reis en su habitación del hotel Bragança. Una aparición que modestamente como regalo de cumpleaños aporto a modo de licencia para que la Academia Sueca repare la injusticia biológica y poética de que Javier Marías se quede sin Nobel de Literatura. El espectro de Pessoa le explica a Ricardo Reis que de la misma forma que durante nueve meses permanecemos encerrados en el vientre materno, al certificarse la muerte han de pasar otros nueve meses “para el olvido total”, tiempo extra que le permite a Pessoa seguir vagando aunque no puede hacer cosas como leer los periódicos.

Si los escritores que tienen el Nobel (Kipling lo ganó en 1907, el mismo año que se funda el Betis) actuaran como los cardenales cuando votan para elegir a un nuevo pontífice, Marías contaría, arropado por la cláusula Pessoa del vagar de las almas durante nueve meses, con el respaldo de escritores con Nobel a los que entregó ducados de su reino de Redonda como John Maxwell Coetzee o Mario Vargas Llosa.

España lleva 33 años sin ganar el Nobel de Literatura desde que lo ganó Cela. Se nos da mejor el Eurobasket. Dicen que Marías ha figurado varios años entre los finalistas. Se les habrán cruzado los cables a los cardenales suecos, que tienen más dificultades que los futbolistas eslavos para adentrarse en la magia del idioma castellano. La cláusula Pessoa sería una magnífica excepción ibérica en el centenario del nacimiento de Saramago y del Nobel de don Jacinto Benavente.

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