Francisco Brines, Premio Cervantes

El mayor poeta vivo

  • La editora Christina Linares, de Renacimiento, comparte en este texto sus impresiones sobre el Premio Cervantes.

Francisco Brines, en una imagen tomada en Granada en 2008.

Francisco Brines, en una imagen tomada en Granada en 2008.

Por fin 2020 nos trae una gran alegría: Franciso Brines, para muchos el mayor poeta vivo de nuestra lengua, ha ganado el Premio Cervantes. Qué merecido. Personalmente no conozco a nadie que más haya vivido la cultura, el arte y la poesía. Me siento feliz por él, porque para mí Paco, a quien conozco desde pequeña, es la dulzura, la elegancia hecha poeta. Su generosidad y su falta de vanidad e interés en los premios me resultan admirables. Ganó el Premio Nacional con El otoño de las rosas, publicado en nuestra editorial un par de años antes de que yo naciera y siempre ha sido un abuelo literario para mí. Poeta de la Generación del 50 es también un poeta de la experiencia, del pensamiento, de palabra precisa y clara. Su verso está lleno de hondura y complejidad pero al mismo tiempo de naturalidad, es la poesía de un maestro. Con sus poemas ha creado un mundo mediterráneo de nostalgia y sensualidad, de carpe diem, elegíaco pero sin lamento ni queja, es una poesía muy afirmativa de la vida al igual que su vida es muy afirmativa de la poesía. Y eso es algo suyo muy característico: una gran sintonía, una absoluta concordancia entre la persona y el poeta, entre la vida y la obra.

Todos los veranos vamos a verle varias veces a Elca, visita no obligada sino esperada por todos, incluso este año, con nuestras mascarillas y distancia de seguridad hemos acudido a nuestra cita con él y siempre nos recibe dichoso y apacible. Llegas a Elca y el tiempo se detiene, Elca, la casa que le vio nacer, siempre nos espera con sus paredes cubiertas de cuadros y dibujos y su infinita biblioteca. Al llegar nos da la bienvenida Víctor, su mano derecha en esa preciosa finca rodeada de naranjales, un mar de naranjos hasta llegar al mar, y comemos arroz, o junto al mar o en su jardín, y pasan las horas y se nos hace de noche hablando de poesía, porque en Elca se detiene el tiempo. Paco siempre se interesa por nosotros, nos pregunta por nuestra vida y lo que siempre me ha fascinado es que nunca ha dejado de amar la poesía ni ha perdido interés por ella a lo largo de los años. En cada una de nuestras visitas siempre se interesa por conocer si hemos publicado, o al menos hemos leído, poetas jóvenes de interés. Recuerda todos los nombres, hasta de los que son aún promesas, y esa sed de poesía nueva me emociona. Tiene montañas de libros que le llegan de admiradores, poetas que mandan sus libros como ofrendas, y Paco, con tiempo y paciencia les presta atención, uno a uno, alternándolos con la lectura de los clásicos y los amigos sin dejar nunca de interesarse por nuevas voces. Amigos a los que contacté hace tres años para publicar su antología consultada Entre dos nadas, un populoso homenaje a Paco hecho libro donde cada amigo suyo eligió su poema preferido. Hoy es un gran día para la poesía española y este premio es una estupenda oportunidad para que los jóvenes se acerquen a la buena poesía.

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