Cultura

Jazz para leer

  • La edición de 'Pero hermoso', del escritor inglés Geoff Dyer, refuerza la presencia de la bibliografía dedicada a este género en el mercado nacional

Pero hermoso. Un libro de jazz. Geoff Dyer. Trad. Cruz Rodríguez Juiz. Mondadori. Barcelona, 2013. 224 páginas. 16.90 euros

Después de décadas de presencia voluntariosa aunque dispersa, el jazz parece consolidar su espacio en el mercado editorial español. No, no hablamos de sesudos manuales sobre teoría musical ni de voluminosos tomos de partituras a lo Real Book: nos centramos en obras inspiradas o sustentadas en la crónica del género, cimentadas en sus protagonistas e hitos y desarrolladas dentro de un marco histórico que realza los atributos de su pasado como vía de reivindicación de su presente.

Desde este punto de vista, la bibliografía jazzística ha ido creciendo lenta pero segura durante los últimos años. Lejos quedan aquellas tiradas en versiones latinoamericanas de los años 70 del pasado siglo, como la primera edición en español (1962) del clásico El Jazz. Su origen y desarrollo de Joachim E. Berendt, los aislados intentos de francotiradores y, sobre todo, el primer plan editorial, a mediados de los 80, orientado a dar forma a una colección dedicada exclusivamente al jazz protagonizado por Ediciones Júcar a través de la etiqueta Júcar Jazz. De allí surgieron títulos traducidos dedicados a John Coltrane, Dizzy Gillespie, Gil Evans o aquel Música Negra de LeRoi Jones (Amiri Baraka), recién reeditado como Black Music. Free Jazz y conciencia negra 1959-1967 por la argentina Caja Negra Editora, con traducción de Patricio Orellana.

La consolidación de un público aficionado al jazz asociado a cierto poder adquisitivo amplió en años posteriores el número de lanzamientos, dando cobertura también a un formato fotográfico más vistoso pero también menos accesible para el bolsillo medio. Los álbumes de imágenes irrumpieron con fuerza y editoriales especializadas como Taschen marcaron el territorio de la mano de títulos como Jazzlife de William Claxton o Jazz Covers de Joaquim Paulo, destinados a glosar la estética del jazz a través de sus rostros, ambientes y portadas. En esta línea toca destacar la reciente edición de Jazz. Body and Soul, construido sobre "fotografías y recuerdos" de Bob Willoughby y publicado por Blume con prólogo de Dave Brubeck.

Las dos últimas décadas han permitido a los aficionados al jazz tener a su disposición un creciente número de títulos, en su mayor parte de carácter biográfico aunque salpicado por algún que otro estudio histórico de nivel como Historia del Jazz (2002) o El canon del jazz. Los 250 temas imprescindibles (2013), ambos en Turner y firmados por el enciclopédico Ted Giogia. Paralelamente, se ha producido un incremento de editoriales interesadas en el tema entre las cuales figuran Global Rhythm, Turner, Robinbook / Ma Non Troppo, Alpha Decay, Nortesur, Libertos, Milenio, Muchnik, Ediciones B, Grech, Paidós, Mondadori, Tusquets, Anaya, Acuarela o Taurus entre otras. Si bien sus títulos no rozan la ingente cantidad de referencias disponibles en el mercado anglosajón, la nómina sí puede considerarse un síntoma positivo. Incluso la revista Litoral dedicó un volumen especial a La poesía del jazz (2000) como evidencia de un repunte editorial con prolongaciones recientes: en Fruta extraña. Casi un siglo de poesía española del jazz (Fundación Lara, colección Vandalia; 2013) el profesor de la Universidad de Sevilla Juan Ignacio Guijarro ahondó en esa sólida empatía a través de la obra de más de un centenar de poetas.

La penúltima muesca en esta relación llega de la mano de una obra atípica que, como su propio autor apunta, "tiene tanto de crítica imaginativa como de ficción". No, no estamos ante una pieza de pura literatura inspirada en un músico de jazz, similar a la que Julio Cortázar perfiló en su relato El perseguidor (1959): Pero Hermoso. Un libro de jazz de Geoff Dyer se sitúa en ese punto intermedio entre la realidad y el mito, espoleado por una ruta en coche conducida por Duke Ellington y su fiel escudero, el saxo y clarinetista Harry Carney. Tomando como hilo conductor un viaje a ninguna parte junto a la célebre pareja, el escritor inglés construye ocho retratos en torno a algunas de las figuras esenciales del jazz -Lester Young, Bud Powell, Charles Mingus, Chet Baker, Ben Webster, Thelonious Monk y Art Pepper- a través de un itinerario que toma su título del estándar But Beautiful, compuesto en 1947 por Jimmy Van Heusen con letra de su socio Johnny Burke. Rematado por un ensayo del propio Dyer sobre Tradición, influencia e innovación, el menú suena sugerente y el resultado lo es: un texto, publicado originalmente en 1991 y galardonado con el premio Somerset Maugham y la Academia de Jazz de Francia en 1992, señalado por el pianista Keith Jarrett como "el único libro sobre jazz que le recomendaría a mis amigos". Más allá de la socorrida sentencia publicitaria, Pero hermoso luce desde sus personales perfiles, alimentado de circunstancias y anécdotas reales, discografías y fuentes, aunque desplegado sobre un territorio literario de obligada subjetividad.

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