Ya dimos noticia en estas páginas de La eternidad y un día, colectánea del periodismo cultural en alemán del XIX-XX, cuyo autor es éste mismo que ahora se asoma a otro nudo cultural europeo, como es la España del Setecientos y su aproximación a las Luces. Aproximación que Uzcanga Meinecke acomete aprovechando la célebre controversia, suscitada por Masson de Morvilliers en la Encyclopédie Méthodique (“¿Qué se debe a España?”), y a través de la cual se detiene a sopesar las numerosas y heteróclitas fuerzas que entonces obraban sobre el siglo, tanto en lo que concierne a la visión exterior de España, como en las contiendas domésticas y su particular expresión en semanarios y apólogos.
Quiere esto decir que la pregunta de Morvilliers, quien acaso no pisó jamás España, sirve a Uzcanga para aventurarse en las particularidades de la Ilustración española (particularidades que no excluyen el epifenómeno de la Leyenda Negra, cuyo origen data de la hora cenital del césar Carlos), y donde las relaciones diplomáticas son objeto de particular estudio. No espere, pues, el lector, un debate sobre la pertinencia o no de cuanto dice Morvilliers, sino el minucioso escrutinio de la contextura social donde tal contienda fue posible. Esto incluye, naturalmente, la mencionada Leyenda Negra y el carácter crepuscular del imperio español en el XVIII; pero también, y de manera más próxima, el estado de los conocimientos y las libertades en los días en que se produjo la polémica.
Una polémica que afecta, como parece obvio, a los medios de expresión, entonces incipientes, y que Uzcanga centrará en las desventuras editoriales de El Censor de Cañuelo, semanario de carácter crítico, así como en el éxito de Forner y su vindicación, digamos sentimental y ayuna de matices, de las glorias pretéritas de España. Es al hilo de esta contienda, en apariencia simple, donde la fina erudición de Uzcanga ha sabido reconstruir, con escritura precisa y ponderada, el complejo tejido cultural del XVIII carolino.
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