Síndrome expresivo 41

La escalera de Supercoco: arriba y abajo

Supercoco, en Barrio Sésamo.

Supercoco, en Barrio Sésamo.

Señoras y señores, hoy podrán leer uno de los monstruosos grandes síndromes expresivos en el uso de la lengua española. En esta ocasión, no seré yo quien le dé a la tecla, por lo que pido disculpas a mis fieles seguidores. A veces, es mejor ceder este lugar de privilegio a otros eximios lingüistas y estudiosos de ciertas irregularidades gramaticales presentes en nuestro sistema de comunicación. En este artículo, les presento las sesudas reflexiones de nuestro héroe favorito… ¡Supercoco!

"Muy bien, lectores. Soy vuestro amigo Coco y quiero refrescar los conceptos de singular y plural en español, siempre con permiso del profe Jorge. Aquí estoy en la parte de abajo de las escaleras y, como no hay nadie a mi lado, podríamos afirmar que el número correcto es el singular. Coco es uno y uno es singular. Coco lleva una capa y esta palabra no lleva una -s final. Sencillo, ¿no?"

"Y ahora, queridos amigos, me voy a ir a la parte de arriba de las escaleras. Bien. Ya estoy en la parte de arriba y estoy junto a Jaca Paca. Coco ya no está solo, por lo que podemos afirmar que nuestro número es plural. Mi amiga también lleva una capa, por lo que tendríamos dos capas entre los dos. ¿No es superdramático y emocionante que aparezca una -s para indicar que hay más de una capa?"

"Creo que me voy a volver a la parte de abajo. Bueno. ¿Veis qué fácil es distinguir el singular del plural en español? Ahora me encuentro en la parte de abajo y empiezo a sentir un poco de sed. No sé si subir de nuevo porque, si a mi sed sumamos la sed de Jaca Paca, tendríamos *muchas sedes. ¡Vaya lío! Mejor será que vaya hacia arriba y me olvidé del plural de esta maldita palabra."

"Aquí estoy otra vez en la parte de arriba. No sé si quedarme aquí para siempre o volver a la parte de abajo. A este paso mañana tendré una agujeta, varias agujetas o simplemente agujetas. No sé si la mayoría de mis amigos comprende o comprenden el esfuerzo que supone subir y bajar escaleras para explicar el singular y el plural en español. Todos los lunes (¿o *luneses?) me pasa lo mismo. Debo admitir que esta historia del singular y el plural no es tan fácil. Os dejo con el listillo de Jorge. ¡Dimito!".

¿Se puede superar?

Por supuesto, querido lector. ¿Quién no ha sufrido en lengua propia las dudas y los desencuentros lingüísticos de nuestro amigo Coco? En más de una ocasión, todos nos hemos visto enredados en las irregularidades de la lengua española respecto al empleo del singular y el plural. El que esté libre de pecado en las concordancias de número, que vaya solicitando un sillón en la RAE. 

En líneas generales, las excepciones más comunes suelen restringirse a términos y contextos comunicativos particulares:

  1. Los pluralia tantum son sustantivos que se forman únicamente en plural por la naturaleza física de los objetos, el significado o por los contextos comunicativos específicos. En este grupo, encontramos palabras como víveres, celos, ojeras, afueras, haberes, natillas o facciones (de la cara).
  2.  El fenómeno contrario corresponde a los singularia tantum: nombres no contables, aquellos que se refieren a entidades únicas o simplemente que carecen de plural por razones fonológicas, como es la presencia de una consonante al final de la palabra en sed, salud, este, cenit, cariz.
  3. Las estructuras partitivas causan a los hablantes numerosos problemas de concordancia con el verbo. Así, el singular es el habitual, cuando la frase se refiere a un conjunto como en Un grupo de soldados llegó a la frontera. Sin embargo, los sustantivos que expresan cantidad pueden concordar en singular o en plural en frases del tipo Un tercio/ La mitad/ La mayoría/ de los soldados llegó o llegaron a la frontera.
  4. Una duda muy repetida es el plural de los nombres acabados en -i o -u tónicas. La regla general admite la doble formación esquí o esquíes, tabús o tabúes (la segunda opción es la preferible en la lengua culta), pero hay que tener cuidado con algunos sustantivos muy comunes que solo admiten una variante como menús (y no *menúes) o champús (y no *champúes o *champuses).
  5. Un último apunte a modo de curiosidad: en algunas lenguas existe el número dual para expresar la referencia a dos entidades. En español, no existe como tal, pero encontramos muchos términos que hacen referencia a ese concepto como ambos, pareja, amígdalas, anteojos. Existen sistemas lingüísticos en Australia con el número trial para aludir a tres elementos; otras lenguas recurren al cuadrial, paucal o plural de abundancia como referencia a un conjunto de pocas unidades.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios