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Lo que el verano se llevó

  • Expectación y buen ambiente en el arranque oficial del curso en El Arcángel, con una afición que parece dejar atrás la decepción del curso pasado

  • El calor propició parones para refrescarse

Hace menos de tres meses parecían convencidos de manera definitiva. Se mascaba en la grada la decepción y esta sería la temporada de la desbandada social en el Córdoba. El curso pasado, en el que la ilusión por retornar a Primera División pareció apagarse de manera definitiva, amenazaba con tirar abajo todo lo progresado en los últimos años. Sin embargo, nada como un verano de por medio para calmar las cosas y volver a alimentar el espíritu blanquiverde.

En el fondo, quien más y quien menos estaba deseando de cargarse de razones para renovar el abono y seguir un año más al lado de su equipo. Por eso, no importó que los fichajes que el club anunció en verano de una tacada se supieran hace semanas por la prensa. El resultado fue mágico. Tanto que hombres que venían de Segunda B se veían como oportunidades únicas de mercado y los que lo hacían rebotados de otros proyectos fallidos en Segunda reunían las condiciones perfectas para triunfar por fin al calor de El Arcángel. Tampoco hizo falta ese relevo en el palco que a finales del curso pasado se exigía como condición irrenunciable. El técnico es el mismo y a pesar de los pitos ayer por la derrota parece que este año Carrión tendrá más apoyo de la grada. El cordobesismo es único a la hora de autoconvencerse para seguir año a año con su equipo.

Basta con echar la mirada atrás tres meses para descubrir a la gran mayoría de los abonados del Córdoba cerrando una temporada decepcionante con pitos hacia el palco y desdén hacia los jugadores y el cuerpo técnico. Ayer, todo eso era historia porque empezaba una nueva temporada y la ilusión latía en los corazones. El fútbol tiene algo de particular, pues pocas cosas en la vida son capaces de hacernos renovar la ilusión de manera tan simple, sin demasiadas razones para ello. Ha sido un buen verano para el Córdoba, por mucho que los resultados de la pretemporada no sirvan para posicionarse mejor, y lo de ayer es clara muestra. Había ganas de volver a El Arcángel para disfrutar del fútbol de competición y ni siquiera el calor impidió que la hinchada cordobesista se diera cita en los aledaños del estadio de manera mayoritaria mucho antes del pitido inicial.

Volvía la liga y lo hacía ante un Cádiz que siempre es un rival atractivo. Alguna rencilla pendiente y la compañía masiva de su afición -más de 1.000 cadistas viajaron ayer a Córdoba con su equipo- eran los elementos que faltaban para vestir de gala El Arcángel a las primeras de cambio en el primer duelo regional del año. Para ello hubo mucho abonado que abandonó la plata momentáneamente, exponiéndose al cabreo de la familia, que ni por asomo quiere adelantar la vuelta a la tórrida Córdoba de agosto. El estupor por las altas temperaturas lo sufrieron los aficionados en las gradas y los jugadores sobre el césped, en el que fue el primer partido en El Arcángel con parones por calor en mitad del tiempo reglamentario. Pese a todo, merecía la pena el sacrificio para ver en vivo y en directo al nuevo Córdoba de Carrión y Álex Gómez. Al Córdoba de Alejandro González, en su primer proyecto desde cero al frente de la entidad.

Con un grupo de jugadores con poco nombre pero bastante desempeño, con un entrenador joven y convencido de sus ideas, con una directiva que apura plazos para reforzar al equipo. Así arrancó el Córdoba una temporada que vuelve a ilusionar a sus aficionados más por lo que puede verse en unos meses que por lo que al equipo se le vio ayer, porque los errores del pasado parecieron repetirse. El conjunto blanquiverde ya no es un gallito de la categoría, ya no parte con la exigencia de estar arriba, pero eso precisamente convierte la empresa en algo más sugerente. No le ha ido mal últimamente al Córdoba partiendo de alternativa a los poderosos y sin embargo la decepción ha sido enorme cuando se era referencia. Hay quien en el CCF actual ve trazos del equipo que hace unos años regaló un año para el recuerdo a su hinchada, de la mano de Paco Jémez. El tiempo dirá si esos anhelos están cargados de razón o simplemente son fruto del puro deseo, porque ahora mismos, y tras la derrota de ayer, se hace complicado hablar de comparaciones. Pese a todo, en El Arcángel se percibe un aire distinto al enrarecido de la temporada pasada. Ayer el equipo sufrió un revés ante su público, pero tiene tiempo para demostrar que la apatía del curso pasado se la llevó el verano.

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