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El valor de cerrar el grifo

  • La primera victoria liguera del Córdoba llegó siguiendo el mismo patrón que el pase copero: con portería a cero

  • Ocho de los 12 triunfos del equipo con Sandoval tuvieron esta fórmula

Alberto González y Carlos Abad se ejercitan con el preparador de porteros del Córdoba, Sebas Moyano.

Alberto González y Carlos Abad se ejercitan con el preparador de porteros del Córdoba, Sebas Moyano. / jordi vidal

"Ni jugar bonito ni feo, lo importante es ganar, tres puntos". La pragmática frase de José Ramón Sandoval el viernes, en la previa del choque ante el Almería, por fin se hizo efectiva un día después en la batalla real, en el terreno de juego. El Córdoba consiguió su primera victoria liguera ante el cuadro indálico y lo hizo bajo el mismo guion que firmó la anterior, en su estreno en la Copa del Rey, casi un mes antes frente al Nàstic de Tarragona: con la portería a cero. Una fórmula exitosa en una categoría tan igualada como esta Liga 1|2|3 y que los blanquiverdes han exprimido al máximo desde la llegada del técnico de Humanes el pasado mes de febrero. Parece claro cuál debe ser el camino a seguir ahora para acabar de enderezar una temporada que ha comenzado torcida, con el equipo en zona de descenso en siete de las ocho jornadas consumidas hasta el momento.

Más allá de la ausencia de un patrón de juego o los vaivenes en sistemas y alineaciones en la búsqueda de soluciones, una de las causas principales por las que el CCF lleva desde la segunda jornada ocupando una de las cuatro últimas plazas de la clasificación es su alarmante fragilidad defensiva. Con 18 goles encajados en apenas ocho partidos, a más de dos de media, es imposible sacar nada positivo en el fútbol profesional actual. Es por eso que en el último mes, desde aquel primer triunfo oficial de la temporada en la Copa, Sandoval se ha afanado en fortalecer el engranaje defensivo de su equipo.

El 70 por ciento de las victorias conseguidas en lo que va de torneo han sido sin encajar golAdemás del CCF, otros siete equipos sólo han ganado en liga cuando no han recibido tantos

Y de salida los números han mejorado notablemente en las tres últimas comparecencias en El Arcángel, tras una puesta en escena más que decepcionante -el Numancia y el Oviedo le hicieron siete dianas-, con dos puertas a cero ante el Alcorcón y el Almería, y el empate a un gol con el Tenerife. Queda ahora solventar los problemas a domicilio, donde los blanquiverdes han recibido una decena de tantos en apenas tres comparecencias, lógicamente, sin botín alguno.

El valor de cerrar el grifo queda suficientemente reflejado en los guarismos del Córdoba bajo la dirección de Sandoval. Y no sólo esta temporada, con esos dos triunfos con puerta a cero ante el Nàstic y el Almería que vienen también a reforzar la figura de un Carlos Abad que llegó sin hacer ruido y poco a poco se está encargando de hacer olvidar a Pawel con sus intervenciones decisivas y su seguridad en el arco. También en el global de la etapa del madrileño en El Arcángel ese patrón ha dado resultado.

Porque desde que el preparador de Humanes se hizo cargo del CCF, el pasado febrero, el equipo ha conseguido un total de 12 victorias, once en la Liga 1|2|3 y la ya referida de la segunda eliminatoria copera de este curso. De esa docena de alegrías, hasta ocho (dos tercios del total) llegaron dejando al rival sin anotar. Seis fueron en el pasado ejercicio, resultando fundamental esa fortaleza defensiva para sellar la remontada hacia la permanencia que hoy permite al cuadro cordobesista seguir formando parte del fútbol profesional en su categoría de plata.

Una división que transmite su máxima igualdad con un dato más que significativo pasado ya el primer tercio de la primera vuelta: el 70 por ciento de las victorias logradas hasta ahora han llegado con el vencedor sin encajar gol. Incluso hasta siete equipos, además del Córdoba, sólo han ganado bajo esa fórmula, siendo el Alcorcón el exponente más claro de que es el camino más corto hacia el éxito. El conjunto alfarero es cuarto en la tabla con 15 puntos, con un pleno de cuatro triunfos con portería a cero (más dos de sus tres empates), y sólo un par de tantos encajados en las ocho primeras jornadas de un campeonato que ya ha enseñado al Córdoba que la fórmula de la alegría pasa por ser contundente en el área propia.

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