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¿Hay razones para despedir a Sandoval?

  • El técnico madrileño seguirá en el banquillo al menos hasta el sábado a pesar de no contar con la confianza de la directiva ni el respaldo de los resultados

  • El bajo rendimiento del grupo y el apoyo de la grada, sus avales

¿Hay razones para despedir a Sandoval?

¿Hay razones para despedir a Sandoval? / fotos: jordi vidal

A pesar de que la primera intención era destituir a José Ramón Sandoval, finalmente el Córdoba ha decidido dar otra oportunidad al técnico madrileño el sábado ante el Almería (El Arcángel, 20:00). Una postura conservadora que tiene sus defensores y también sus detractores, dentro y fuera del propio club, porque motivos para defender una u otra hay de sobra después de siete jornadas de la Liga 1|2|3 ya consumidas, el primer tercio de la primera vuelta. Queda en sus propias manos (y en sus decisiones tácticas) y en el rendimiento de sus jugadores, y en el veredicto de una afición que ya parece haberse posicionado con sus cánticos de apoyo al de Humanes la decisión final sobre hacia dónde vira este proyecto viciado desde el inicio y que todavía no ha dado señales de poder arrancar.

un verano extraño

Tras la espantada, con razones, de Francisco Rodríguez en plena pretemporada, Sandoval se subió a un barco que ya navegaba, aunque sin saber muy hacia dónde. Con apenas una docena de jugadores, muchos descontentos y con las maletas preparadas para poder irse, y sin saber a ciencia cierta si se podrían incorporar más -finalmente llegaron hasta seis fichajes-, y con un calendario de preparación mal confeccionado, el técnico tuvo que empezar a preparar al equipo para una temporada exigente ya desde el inicio. Por si fuera poco, los movimientos realizados en el plantel con la competición ya comenzada, algunos necesarios como en el ataque, dificultaron más si cabe la puesta a punto, que ya con un mes y medio de campeonato consumido continúa sin ser la más adecuada.

rendimiento bajísimo

Sandoval es el último responsable de lo que haga el Córdoba en cada encuentro, pero no el único culpable, ni quizás el máximo. La plantilla también tiene su cuota de culpa, no baja precisamente, porque en este primer mes y medio de competición está dando un nivel muy por debajo de sus posibilidades. La imagen y actitud mostradas el pasado sábado en Los Cármenes de Granada es el más fiel ejemplo. Hay futbolistas que no se parecen en nada a los del curso anterior, otros que todavía están fuera de su mejor estado de forma y otros que parecen seguir con la cabeza en otro sitio. Todo eso dibuja un equipo que va sin rumbo, muy débil en las acciones sin pelota por muchos fallos de concentración e incapaz de crear peligro con cierto criterio y continuidad. Vamos, el colista de la clasificación.

pocos dispendios

Aunque LaLiga no pondría pegas a un relevo en el banquillo -bajo sus parámetros económicos-, lo cierto es que la destitución de Sandoval supondría tener tres entrenadores en apenas un par de meses de temporada, con el golpe que supondría a las cuentas de un club que sigue con el límite salarial sobrepasado. Francisco Rodríguez apenas duró 36 días en el cargo, pues se marchó después de tres semanas de pretemporada ante la falta de claridad del club y la disparidad de criterios entre lo prometido y lo ejecutado. Sandoval tomó el relevo a principios de agosto y dos meses después es un funambulista que trata de seguir de pie en una cuerda que amenaza con romperse en cualquier momento. El proyecto ya venía viciado y un tercer técnico no garantiza el inicio del esperado despegue.

El apoyo de la grada

Si la idea de darle una nueva oportunidad, en casa, a Sandoval es que sea el público el que lo eche, el plan puede salir rana. Porque si algo ha quedado claro hasta ahora es que la afición, de manera mayoritaria, no tiene la más mínima intención de señalar como culpable al técnico de Humanes. Es más, y aunque ya en varias ocasiones ha quedado fuera de lugar, sus cánticos de apoyo durante cada partido reflejan que para la grada los máximos responsables de esta situación están en el verde... y en el palco. El aval de la milagrosa permanencia conseguida hace sólo unos meses y ese perfil, en ocasiones un tanto populista, del madrileño han conquistado a muchos seguidores blanquiverdes, que se muestran dispuestos a matar a quien sea antes de culpabilizar al héroe de la salvación.

Después de siete jornadas, el Córdoba es junto al Elche el único equipo de la Liga 1|2|3 que todavía no sabe lo que es ganar. Pero la diferencia con los ilicitanos es que los blanquiverdes han perdido un par de partidos más, hasta cuatro, por lo que en su casillero de puntos sólo hay tres (cinco tienen los de Pacheta). Eso coloca al conjunto de Sandoval como colista en solitario y con la permanencia ya a un partido. Los tres empates llegaron en El Arcángel, que ya ha visto cuatro citas de los suyos, pues a domicilio el balance es desolador: cero puntos y tres goleadas, a cual peor en cuanto a resultado e imagen. Por si fuera poco, el CCF tiene la peor defensa de la competición, con 18 goles encajados -el segundo peor tiene seis menos, 12- y un balance de menos 10, con ocho apenas a favor.

sin 'feeling' con el grupo

Más allá de las palabras, en una y otra dirección, a nadie se le escapa que el feeling de Sandoval con su plantilla (a nivel general) no existe desde hace mucho tiempo. Con algunos jugadores viene de la temporada pasada, y eso que entonces el viento venía de cola y todo parecía funcionar, y con otros se ha dañado ya en este mes y medio de competición. Esa disparidad de criterios era algo que sabía a la perfección el presidente, pues algunos pesos pesados del vestuario se lo hicieron saber cuando buscaba recambio a Francisco, sin ser tenidos en cuenta. Y esa diferencia se ha visto ya reflejada en muchos encuentros, con tomas de decisiones por ambas partes que dejan en muy mal lugar al club. Su mano izquierda, que no se prodiga, tampoco ayuda a que pueda intuirse un acercamiento.

nula confianza

Si el principal argumento para defender el regreso de Sandoval en agosto era algo así como "es el único que puede venir", parece claro que la confianza de los rectores cordobesistas en el madrileño está perdida ya desde hace mucho tiempo. Esa fue la principal razón, con otras que se contaron de menor calado -diferencias económicas y poder en la toma de decisiones en torno al plantel, principalmente-, para que no hubiera acuerdo para la renovación en junio. Ya entonces, las experiencias desde el inicio de curso del de Humanes en otros clubes, todas salvo la primera con el Rayo abortadas en mitad del camino, jugaban en su contra. Y nada ha cambiado cuatro meses después. Su cuarta destitución está en camino desde hace semanas, y sólo falta ponerle fecha, en función de los resultados.

continuos bandazos

Unos lo verán como que lo ha probado todo y otros como que no sabe qué hacer ya, pero lo cierto es que pegar bandazos tácticos y de jugadores, en muchos casos sin sentido, no juega a favor de Sandoval. En sólo siete partidos ha utilizado a 23 jugadores -25 contando la Copa-, todos menos Marcos Lavín, incluidos tres porteros, en algunos casos mandando directamente de la grada al verde y viceversa a varios de ellos. El fallo no está en penalizar al que no está bien, sino quizás en que la primera decisión no fue la correcta. Además, ha virado de sistema en un puñado de ocasiones, pasando del 3-5-2 al 4-2-3-1 con un doble pivote defensivo para acabar en un 4-1-4-1 con dizfraz de 4-3-3. Un galimatías táctico que tampoco se sostiene en un patrón de juego inexistente, con y sin balón.

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