Córdoba CF

Un 2017 para olvidar

  • El club blanquiverde cierra un año con pésimos números en lo deportivo que amenazan su estabilidad en el fútbol profesional

  • El relevo en la presidencia es el clavo ardiendo que queda

Fernández ayuda a Javi Galán a levantarse tras el partido ante el Rayo Vallecano en El Arcángel de esta temporada.

Fernández ayuda a Javi Galán a levantarse tras el partido ante el Rayo Vallecano en El Arcángel de esta temporada. / álex gallegos

El Córdoba despide el 2017 con el deseo de que sea un año que no se repita más. Y no es para menos porque los últimos 12 meses en blanquiverde han sido para olvidar, tanto en lo deportivo como en lo institucional, pues el club ha ido cavando un agujero del que le será complicado salir en los próximos meses. Sólo el inminente cambio en la propiedad, con la entrada de Jesús León como nuevo accionista mayoritario, aparece como esperanza para pensar en que evitar el descenso a Segunda División B es posible, aunque para ello el esfuerzo tanto económico como deportivo tenga que ser brutal.

Pero más allá de los despachos, en el césped el Córdoba es donde más problemas ha acumulado. Los números del conjunto cordobesista en este año natural hablan por sí solos. De los 47 partidos oficiales disputados por el CCF entre liga de Segunda División y Copa del Rey, sólo 13 acabaron con triunfo blanquiverde, 11 en empate y 23 en derrotas.

En la competición liguera los números arrojan un balance de 12 victorias, 10 empates y 21 derrotas. Sólo en diez ocasiones vio el público de El Arcángel ganar a su equipo, que perdió en su feudo cinco veces y empató otras ocho, dejando aquello del fortín en una historia del pasado. Pero es que lejos de casa, el Córdoba culminó unos números para echarse a temblar, con dos triunfos, dos empates y la friolera de 16 derrotas.

El susto de la temporada pasada, que se remedió a tiempo aunque el equipo sólo pudo asegurar la permanencia con una jornada de adelanto sobre el final de la competición, pasó al estupor de esta temporada, en la que el cuadro blanquiverde ha llegado al ecuador con hasta tres entrenadores pasando por su banquillo y un balance de cuatro victorias, cuatro empates y 12 derrotas, para unos pobres 16 números que hacen muy complicada la permanencia en Segunda División, cuando el proyecto que vendían desde el club era el de pelear por el ascenso a Primera.

Con tanto déficit, el mercado invernal que se abre en unas horas será clave para que el Córdoba rearme su plantilla y pueda encarar la segunda vuelta con esperanzas de recortar los cinco puntos que le separan de los puestos de salvación. Al menos media docena de fichajes se esperan y en ello trabaja ya Luis Oliver, el hombre fuerte en el apartado deportivo que acompaña a Jesús León como nuevos dueños del Córdoba -en una operación que se cerrará en la primera semana de enero y que quedará oficializada en la Junta Extraordinaria de Accionistas del próximo día 22-. Con la defensa y la delantera como líneas señaladas para la llegada de refuerzos, las salidas del plantel también serán necesarias y numerosas. Hombres como Josema, Pinillos, Loureiro, Noblejas o Jona tienen el cartel de transferibles y son algunos de los señalados para hacer hueco a los que llegarán. En el banquillo, Jorge Romero podría ganarse una oportunidad con los nuevos rectores, pues la plantilla está con el joven técnico cordobés, pero Oliver ha contactado con algunos técnicos y la llegada de un nuevo míster no debería extrañar, sobre todo si las dos salidas que afronta el equipo para empezar el 2018 -Gijón y Cádiz- no se saldan con buenos resultados.

Además de la delicada situación deportiva, el Córdoba deja atrás un 2017 horrible en lo institucional. Alejandro González dejará en unos días de ser presidente del club tras apenas un año en el cargo, en el que las trincheras cavadas por su antecesor en el cargo, su padre Carlos González, no han hecho más que agrandarse. División entre la afición, disputas con instituciones como el Ayuntamiento de Córdoba y numerosos líos en el juzgado han protagonizado los últimos 12 meses de un club que ha trasladado esa convulsión al césped y que en 2018 necesitará de un año espectacular para no acabar fuera del fútbol profesional.

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