Mientras el formato sea el actual, la Copa del Rey es un marrón para los equipos de segundo nivel, predestinados a ser comparsa hasta la entrada en escena de los conjuntos de Primera División, que tampoco es que todos se tomen muy en serio el torneo. Pero ese obstáculo en mitad de lo realmente importante (léase la competición liguera), se puede convertir en una oportunidad cuando las cosas vienen mal dadas. De ahí que tanto el Córdoba como el Nàstic, sin triunfos y en zona de descenso camino del primer mes de la temporada, encaren su estreno copero como un bálsamo para, sin hacer locuras, hallar por fin la fórmula del éxito. Aunque eso es algo que sólo podrá alcanzar uno al término de una batalla que, por la hora, tampoco es que haya despertado el entusiasmo de la afición blanquiverde, ya pendiente de la visita a un Málaga que desde ayer sabe lo que es perder: 1-2 ante el Almería.

Pero antes de llegar a La Rosaleda, el CCF tiene que afrontar esta nueva y obligada parada del calendario. Según advirtió en la previa Sandoval, lo hará con numerosos cambios, con la que hoy es su segunda unidad sobre el verde. A falta de confirmación, apenas Carlos Abad mantendrá su rol de titular para guardar el arco, con el desafío sobre la mesa de firmar una segunda portería a cero consecutiva tras la firmada ante el Alcorcón.

El Málaga, próximo rival liguero, se despidió del torneo ayer tras caer en casa con el Almería (1-2)

Ante los madrileños, el Córdoba partió con un 4-1-4-1 que en ocasiones trató de asemejarse a un 4-3-3, el dibujo que el técnico quiere que ahora se convierta en el de cabecera de un equipo que no termina de arrancar. De momento, por la indefinición clara de un estilo que lo mismo pasa por controlar la posesión que por esperar y salir de manera rápida o con juego directo. Quizás por ahí vaya ese guion camaleónico del que suele hablar Sandoval, aunque lo que es seguro es que a día de hoy necesita aún un punto de claridad de ideas para ser más virtud que defecto.

Queda por ver si eso es algo que pueden aportar algunos de los menos habituales hasta la fecha o incluso alguno de los inéditos. Sobre el verde de El Arcángel, que a ver cómo responde en su tercer partido en siete días, se podrá ver en acción al internacional burkinés Blati Touré, Loureiro, Luis Muñoz o los jóvenes Andrés Martín y Sebas Moyano. Pero también a futbolistas con galones como Aythami tras su gradazo ante el Alcorcón.

Todo para hacer frente a un Nàstic cuyo marrón es todavía mayor por haber tenido que afrontar un largo viaje tras caer goleado en Las Palmas y antes de recibir el sábado a Osasuna. José María Gordillo se toma igualmente el choque como una ocasión para ver a sus secundarios, aunque la plaga de bajas en la medular le obligará a tirar de alguno de sus intocables.

En el recuerdo, algún precedente que no favorece ni mucho menos al CCF, goleado en la última visita grana hace un año en el adiós de Luis Carrión (1-5) y eliminado también en el único cruce protagonizado por ambos equipos; fue en 2005, también en segunda ronda y en El Arcángel (0-3).