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¿Qué mantiene en el puesto a Merino?

  • Con los peores números desde Esteban, convertido en el peor revulsivo de la historia reciente y con un mensaje que no cuaja, sólo la ausencia de relevo y la negativa a ampliar el gasto 'justifican' la postura de un club a la deriva

¿qué mantiene a día de hoy a Juan Merino al frente del proyecto del Córdoba? La pregunta que se hace gran parte del cordobesismo sólo pueden responderla el máximo accionista o el presidente, que según lo anunciado por el departamento de comunicación del propio club debe romper estos días su silencio. Hable o no, que está por ver aunque tiene un par de actos programados, hallar argumentos sólidos para defender la inacción de la entidad en estos momentos tan delicados es difícil. Porque Merino, que ni mucho menos es el principal culpable -como tampoco lo fue Carrión- de la situación, ha perdido completamente el norte.

Convertido en el peor revulsivo de la etapa reciente del CCF en Segunda División y con unos números que sólo pueden presumir, y por poco, ante los firmados por Esteban Vigo en el año del último descenso a Segunda B -el del inolvidable cincuentanariazo de la 04-05-, su mensaje hace tiempo que no cala, ni fuera ni dentro del campo. Y eso acaba transmitiéndolo un equipo que en casa del líder acumuló su novena jornada sin conocer el triunfo, dejó su balance en un lamentable 3 de 27 y tiene ya la permanencia a seis puntos tras la victoria ayer sobre el Tenerife de un Almería que sí ha encontrado un revulsivo en la llegada de Lucas Alcaraz al banquillo. Y mientras, en las oficinas de El Arcángel parece que no ha pasado nada...

Tanto es así que para el viernes está anunciada la rueda de prensa de Merino previa al compromiso del domingo ante el Rayo Vallecano. De esta forma, salvo sorpresa que no se espera hoy durante la jornada de descanso del equipo, el técnico linense tendrá una nueva oportunidad. Será la octava. En las siete anteriores, tanto su discurso como la imagen del equipo han ido cayendo en picado. Hasta tocar fondo, aunque decir es arriesgado viendo el capítulo de ridículos acumulados por el Córdoba en lo que va curso, el sábado en El Alcoraz. Porque ante el Huesca, el discurso previo al duelo, el planteamiento del mismo, y la comparecencia posterior demostraron que el actual inquilino del banquillo cordobesista está totalmente entregado, superado por las circunstancias. Nula autocrítica y excusas impropias de un profesional que semana a semana sigue dando bandazos, tocando teclas a la espera de que del piano salga una melodía que no termina de sonar.

Pero ante este panorama delicadísimo, los dirigentes de la entidad prefieren esperar acontecimientos y no actuar, como si les diera igual que el equipo se caiga de la forma que se está cayendo. Rastrear el mercado lo han hecho, pero con propuestas ridículas, como la que hicieron llegar a Sergi Barjuán -bien de manera directa o a través de alguno de esos asesores que tanto gustan en la casa- después de la derrota ante Osasuna. El ex del Barça firmó hace una semana por el Hangzhou Greentown de la Superliga china, por lo que ya no es una opción. Y quizás por ahí vayan los tiros, porque ante la falta de un relevo que acepte las condiciones impuestas y ofrezca alguna garantía...

Mejor reforzar la apuesta por Merino, que hace un par de semanas recibió el respaldo público del vestuario a través de la dirección deportiva. Poco les queda decir a los jugadores, pues con dos técnicos de perfil diferente están dando un rendimiento idéntico y paupérrimo, y al final son ellos los que tienen en su mano de manera más directa cambiar la situación. Al menos hasta enero y la apertura del mercado de invierno, aunque no parece que esté la hucha para muchos dispendios. El reflejo de las cuentas dibuja un horizonte bastante más peliagudo del que se ha venido vendiendo y los líos, con posible e importante coste, del caso Sebas Moyano o la Ciudad Deportiva, dificultan aún más la posición de un club que sigue optando por el silencio, el ahorro y la inacción como vías para salir de la crisis. Y eso, de momento, lo agradece Merino, que parece que tendrá una nueva oportunidad, aunque por lo visto, quizás ya hace tiempo que no la merezca.

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