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El mal está enquistado

  • Por tercera vez en un año, el Córdoba enlaza siete o más jornadas sin conocer la victoria

  • El buen inicio con Oltra minimizó el daño, que ahora se refleja en la tabla

Sasa Markovic se lamenta de una ocasión fallada ante el sevillista Álex Muñoz.

Sasa Markovic se lamenta de una ocasión fallada ante el sevillista Álex Muñoz. / antonio pizarro

Por primera vez desde la primavera de 2005, el Córdoba ha enlazado dos jornadas como colista de la clasificación de Segunda División, y ya son ocho las que esta temporada acumula en la zona de descenso, una más de las que ha estado fuera. Todo es consecuencia, principalmente, de una serie aún abierta de siete partidos sin conocer la victoria, en los que el balance es de sólo dos puntos de los 21 puestos en juego, que refleja a la perfección la decadencia en la que vive el club desde que pasó por Primera División. Porque las crisis y estancamientos empiezan a ser una tónica habitual, si bien en anteriores ocasiones no habían dado lugar a situaciones tan dramáticas como la actual.

Aunque con Berges, Esnaider, Villa y Ferrer, y hasta Oltra, en su primera temporada, el Córdoba llegó a tener series de cinco partidos sin ganar, nunca antes se vio amenazado de manera tan seria con el descenso a Segunda B. Entre otras cosas, porque esas rachas llegaron ya en la segunda mitad del campeonato, lo que permitió al cuadro cordobesista hacer valer el colchón obtenido en el tramo inicial. No ya para no pasar miedo real, sino hasta para entrar en la pelea por el ascenso en un par de ocasiones, llegando a dar el salto a la máxima categoría en aquella mágica campaña 13-14 que tanto daño ha hecho en la historia posterior de la entidad blanquiverde.

Esa sensación de temor ya se hizo notar más el pasado curso. De hecho, tras un arranque notable, una sequía de nueve jornadas en el segundo tercio de la primera vuelta acabó costando el puesto a José Luis Oltra, machacado por una serie de cinco puntos de 27 inaguantable. Era finales de noviembre y el equipo, pese a la insistencia de la propiedad, empezó a mirar más hacia abajo que hacia arriba, una tendencia en la que se mantiene en la actualidad. Ya entonces, con Carrión al mando, salvó los muebles en la penúltima fecha, después de meterse de lleno en el fango con otra serie de siete citas sin celebrar un triunfo entre enero y febrero. Entonces, el balance numérico fue calcado al vigente hoy: dos puntos de 21. Como ahora, el técnico catalán salvó el puesto tras reconducir la situación, algo que está por ver aún que pueda hacer Juan Merino.

De momento, tras coger el equipo tras dos tropiezos seguidos, el entrenador linense ha sumado cinco encuentros más sin victorias, con un dos de 15 que empeora los registros de Robert Fernández en aquella trágica campaña del cincuentenariazo: tres de 15 antes de ser despedido. En total, otras siete citas sin vencer, otra serie dramática que ahora sí llega en un momento delicadísimo. Porque esta vez el CCF está sin la red de un buen arranque, sin colchón alguno. Es por eso que es el colista, es por eso que tiene la permanencia a dos partidos, lo que dificulta sobremanera salvar una temporada que demuestra que el mal está más que enquistado. Porque no es normal que un equipo enlace hasta tres veces en sólo 48 jornadas rachas de siete o más fechas sin alegrías...

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