federico piovaccari. futbolista del córdoba

"El límite salarial es una tontería, no lo veo lógico"

  • El italiano critica las injerencias de LaLiga, pues "los futbolistas somos los protagonistas y debemos decidir nuestro destino"

  • Augura que jugará "cuatro años más"

Federico Piovaccari posa sobre el césped de El Arcángel

Federico Piovaccari posa sobre el césped de El Arcángel / Juan Ayala

Una sesión de vídeo y un entrenamiento más largo de lo normal deja a la plantilla en El Arcángel cerca de la una del mediodía. Una hora más tarde, Federico Piovaccari (Gallarate, Italia, 1984) acude a la cita. Como en el campo, no rehuye ningún tema, va de frente, y critica las injerencias de LaLiga con los topes y los horarios. También remata de primeras cuestiones personales y admite, sin tapujos, que en algunas situaciones pudo "entrenar más o hacer las cosas mejor", y que ahora se tiene que "cuidar un poco más porque el físico responde diferente a cuando tienes 22 o 23 años". Tampoco esconde que "todavía no se ha visto" su mejor versión, como la del equipo, por lo que pide "dar algo más". De momento, y pese a contar ya con 34 años, no ve el final de su carrera, pues "mientras me respete el físico y no pierda la ilusión, seguiré jugando al fútbol".

-Ahora que ya han pasado un par de días, dígame con qué cuerpo se fue del partido el sábado.

-Las sensaciones dentro del campo fueron buenas, estuvimos bien plantados y en la primera parte ellos casi no tiraron a puerta salvo la falta final. Fue un partido que, como el del Alcorcón, había que meter un gol para que el adversario expusiera más y aprovechar para ganar el partido. Aparte del partido de Copa, siempre hemos ido por detrás en el marcador, por lo que siempre tenemos que poner el resultado al revés. Un punto es bueno, pero tenemos que empezar a sumar ya de tres en tres.

-Es básico, sobre todo porque el recuerdo del mal inicio del curso pasado ya está presente...

-La liga esta temporada es muy diferente y se ve en todos los partidos, pues todas las semanas todos puntúan fuera, en casa... Tenemos que centrarnos en nosotros, empezar a sumar de tres, porque salvo ante el Málaga, los otros partidos de este tramo final hemos tenido buenas sensaciones. En el vestuario somos conscientes de lo que podemos hacer y ganando un partido la semana pasará más tranquila y de forma diferente.

-El otro día, uno de los capitanes (Fernández), decía que había que dar un poco más.

-Claro, es lo mínimo. Es cierto, y a mí me ha pasado varias veces, que la plantilla estuvo hasta el último día del mercado más pensando de quién venía, quién se iba, quién se podía inscribir y quién no... En Italia, por ejemplo, se cerró el mercado el día 16 y en España también tienen que hacerlo, para poder trabajar desde la primera jornada con el equipo que se quedará hasta enero, es lo más lógico.

-Vayamos a lo personal. El sábado fue titular por segunda vez, la primera en casa, y se le vio mejor.

-Es normal que jugando más minutos tienes más confianza, más minutos en las piernas, pero un delantero tiene que marcar gol. Soy consciente de que puedo hacer más, pero al final importan los resultados más que quien marque. Tenemos que ganar un partido para soltarnos e ir mentalmente más tranquilitos.

-Usted estuvo presente en dos de las jugadas clave del partido ante el Tenerife. ¿Le pidió tirar el penalti a Jaime Romero?

-No está establecido quién debe tirarlos y es normal que quisiera tirarlo. Es verdad que ya era la segunda oportunidad que me pasa (también se lo pidió a Aguado ante el Oviedo, también cometido sobre él). Lo falla quien lo tira, pero la próxima vez intentaré tirarlo ya y meterlo.

-No será fácil. Le advierto que el equipo ha fallado cinco de los últimos seis que ha lanzado.

-¡El último lo he metido yo entonces! (risas) En serio, en mi carrera he lanzado bastantes penaltis, y los he fallado también. Es algo que se entrena, pero en el partido es diferente y hay que ver en qué situación mental está cada jugador. Jaime cogió la responsabilidad porque estaba haciendo un partido muy bueno y estaba en condiciones psicológicas muy buenas. Se puede entrenar, pero en el minuto 85 hay otras cuestiones más allá de saber tirar los penaltis.

-Explíqueme otra jugada. ¿Le pidió Alberto ponerse en la barrera en el gol chicharrero?

-No fue tan así. Era el último minuto, ellos subieron con los tres centrales, yo era el primero de la barrera y, hablando con De las Cuevas, porque Fernández estaba con los más altos, nos cambiamos rápido. Pero no hubo problema. Fue una jugada rápida y más cuestión de mala fortuna, pues Aguado se gira un poco y la desvía.

-En algunas fases del partido se le vio muy aislado.

-Es normal que en la primera parte, jugando ante una defensa de cinco, estuviera bastante solo. En estos momentos tenemos que trabajar todos lo máximo posible porque llevamos muchísimos goles en contra. Luego ya será normal jugar con dos delanteros, porque jugando con el 4-3-3 De las Cuevas o Jaime son mediapuntas más externos y el trabajo es totalmente diferente. Pero creo que estuvimos bien plantados ante un Tenerife que vino a intentar llevarse un punto, sin arriesgar. Siendo delantero me gusta tener siempre un apoyo lo más cerca posible para aprovechar la profundidad o el último pase.

-Además, ahora el equipo juega con dos extremos a pie cambiado, que no sé si es lo mejor para un hombre de área como usted.

-No cambia nada porque poner los extremos a pierna cambiada es para que los laterales puedan subir más. Pero el otro día los centrales estaban muy metidos, los tres conmigo, y debimos tener otras soluciones para meter gol porque ellos vinieron con un planteamiento para llevarse al menos un punto.

-¿Qué tal se lleva con Sandoval?

-Bien, muy bien. Desde que llegué me habló mucho, intentó ponerme al día y no hay ningún problema. Sabemos todos que tenemos que dar algo más porque estamos en el fondo y estar ahí muchas jornadas no es nada bueno.

-¿El vestuario era consciente de que el técnico se la jugaba ante el Tenerife y que también se la juega ahora en Granada?

-Nosotros no vemos estas cosas, estamos con el míster y esta semana no pudimos aprovechar nada (por el cambio en el banquillo del Tenerife). Todos queremos jugar de inicio, pero tenemos que aprovechar las oportunidades que nos dé el míster, que va por el camino que quiere. Somos conscientes de que para él, para la afición y hasta por nosotros mismos, tenemos que ganar, pues somos nosotros los que llevamos la camiseta del Córdoba, los que entramos al campo y los protagonistas del partido.

-A finales de mayo acabó contrato con el Ternana italiano. Luego estuvo trabajando en solitario y en el equipo AFE. ¿Temió no tener sitio en el fútbol profesional?

-Mi prioridad estuvo siempre en jugar en Segunda. Tuve muchísimas ofertas de Segunda B, pero como he dicho, me siento jugador de Segunda, físicamente estoy bien, y quiero jugar en Segunda. Tuve ofertas también de Italia, pero cuando me fui en enero la cosa no fue muy bien, estuve sin la familia, los niños se quedaron en Córdoba, y mi prioridad era quedarme en España, en Segunda. Rafa Berges me llamó y en un momento llegamos a un acuerdo.

-El Córdoba está asfixiado por el límite salarial, pero en su caso eso fue clave. Sin esos problemas quizás no estaría aquí...

-Esto del límite salarial es una tontería, no lo veo lógico. No es normal que LaLiga te permita fichar a uno u otro en función de lo que gana. Creo que el límite salarial tiene que ser una cosa preestablecida ya al inicio de temporada, porque llegar hasta el 31 es una tontería, no vale para nada, porque no vale para la sociedad ni para los jugadores ni para el club.

-Es que al final el gran perjudicado es el propio futbolista, por el que presuntamente se vela.

-Nos ha pasado a nosotros, al Nàstic, al Reus... Que alguien firme un contrato y no sepa si puede jugar porque no sabe si puede tener ficha es algo que nunca se ha visto en el fútbol. No sé el problema que puede tener una sociedad como el Córdoba, que hace 14.000 socios, para fichar a un jugador ganando el mínimo o poco. Es algo que no se puede entender, pero LaLiga manda. Nosotros estamos afiliados a AFE, que está metiendo muchos palos a LaLiga porque somos los protagonistas y debemos decidir nuestro destino, no que LaLiga decida lo que quieren ellos, como poner un partido a las cuatro de la tarde, que en Asturias podría ser porque hay menos temperatura, pero no en Córdoba.

-El fútbol al final es un negocio y lo que prima es el dinero.

-Es como poner ahora un partido en Estados Unidos. Es un negocio, vale, y nosotros lo entendemos, pero cuando firmamos un contrato no tenemos este tipo de cláusulas. Cuando nosotros firmamos un contrato, debemos saber las cosas antes; sería lo normal. Cuando yo firmo un contrato ya debo saber si puedo jugar, no tener que esperar a ver si el día 31 tengo la ficha. Son cosas que no he visto nunca en el fútbol y que han pasado este año. LaLiga se tiene que dar cuenta que se está pasando un poco, porque los futbolistas este año estamos aquí y el año que viene estamos en otro sitio, pero al final los que salen perjudicados son los aficionados, que se ilusionan con un jugador que luego no puede fichar, que quiere ver a sus jugadores... LaLiga tiene que respetar más a la afición y la gente del fútbol con estas cosas, aunque sea un negocio.

-En su presentación dijo que estaba más fino, que se había cuidado mucho durante el verano. ¿Cómo está ahora?

-Bien, estoy como antes. Estoy normal. Les pasa un poco a todos, pues cuando uno tiene una edad y es un poco mayor se tiene que cuidar un poco más porque el físico responde diferente a cuando tienes 22 o 23 años. Yo trabajo como he trabajado siempre. Es más, de cuando estuve aquí la primera vez, ahora tengo un kilo menos. Yo creo que son las rayas verticales de la camiseta lo que hace que parezca más fino (risas). Estoy muy bien aquí, muy bien físicamente y lo que deseo es meter un gol que pueda darnos los tres puntos. Ya está.

-Hay quien dice que si Piovaccari se hubiera cuidado más hubiera llegado a cotas más altas.

-Sí, sí, es normal (risas). La gente nos tenemos que recriminar mucho. Cuando llegas a casa al final del partido, miras lo que has fallado, lo que has hecho; y los entrenamientos, que es lo básico para llegar a los partidos y dar el tope. Pero es verdad que he tenido situaciones que he podido entrenar más o hacer las cosas mejor, aunque lo importante es que cuando acaba el partido esté tranquilo porque lo he dado todo. Lo bueno es que en el fútbol cada semana tenemos una oportunidad para demostrar que la semana anterior se pudieron hacer las cosas mejor, y en la siguiente hacerlo.

-Ha militado en 19 equipos en 18 temporadas, repitiendo en Córdoba. ¿Qué le dio?

-Tenía ganas de volver, porque la gente aquí me quiere, me ha querido mucho siempre y la verdad es que todavía no han visto al Piovaccari de verdad. Ahora estoy para demostrar lo que puedo hacer.

-Tiene 34 años y contrato por un año. ¿Ve el final de su carrera o tiene cuerda para rato?

-Uff, al menos cuatro año más seguro, hasta que el físico aguante. El físico cambia, pero las ganas es lo que te hace todas las mañanas querer correr detrás de un balón. Todos los futbolistas se retiran o por lesiones y que el físico no aguanta más, o porque pierden la ilusión, pero mientras haya estas cosas, seguiré jugando al fútbol.

-Bueno, ahora lo importante es ganar en Granada y si es con ese ansiado gol suyo, mejor.

-¡Doble, mejor!

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