La derrota y la imagen en Lugo dejó "fastidiados" a todos los integrantes de un Córdoba que ayer ya empezó a trabajar mirando al Nàstic. "Tenemos que levantar la cabeza", dijo Luis Carrión, confiado en el buen hacer del equipo como local para cerrar bien la semana.

El técnico del CCF advirtió que el jueves fue "un día difícil sobre todo por la imagen de la segunda parte". A su juicio, como ya apuntó tras el partido, la incapacidad para tener el balón tras el descanso hizo mella en el equipo porque "eso agota mentalmente". Pero no es el único problema del Córdoba a estas alturas del curso. "Es verdad que nos ganan siempre cuando se nos adelantan. Nos pesa demasiado pero el partido de ayer (por el jueves) fue diferente, porque en la segunda todos veíamos venir que nos iban a marcar y fue un palo grande", incidió.

Motivado por esa mala sensación, Carrión apela a la fortaleza al grupo para "levantar la cabeza" en su vuelta a casa, donde "siempre hemos competido bien y llevamos una racha muy buena". "Esperamos hacer un buen partido y pensar que de tres partidos hemos sacado seis puntos en una semana, también es importante; si hacemos las cosas bien estamos cerca de conseguir tres puntos", continuó el barcelonés, que no se plantea hacer rotaciones aludiendo al cansancio -quizás sí por motivos diferentes- porque "es una mentira, no existe; si tienes una motivación alta vas a dar la vida y el cansancio del otro día es por no tener el balón".

Y ese es uno de los inconvenientes a la hora de mejorar los números defensivos, el principal quebradero de cabeza del entrenador ahora mismo: "Hemos hecho de todo. Presionar arriba, más juntos, dos mediocentros, uno. De todo. Hemos mantenido la portería a cero con el Tenerife, el mejor equipo ofensivo de la Liga. Hay que trabajar. Yo trabajo mucho la línea de cuatro, pero no simplemente es por ellos. A veces la presión es mala arriba. Entiendo que el equipo está formado para eso, hemos demostrado que sufrimos menos así. Estando lejos es mejor". El Nàstic es mañana la primera oportunidad para empezar a cambiar, que para luego es tarde.