Luis Oliver se declaró ayer inocente en el juicio celebrado en la Audiencia de Málaga, una pieza separada del caso Malaya en la que el fiscal mantiene que el exasesor de Urbanismo del Ayuntamiento de Marbella, Juan Antonio Roca, participó en la compra del Xerez blanqueando dinero y que en la operación utilizó al expresidente del club azulino, José María Gil Silgado, y al que fuera su propietario y hoy director general deportivo del Córdoba. Anticorrupción pidió que ambos sean condenados a dos años y nueve meses de prisión por blanqueo de capitales y condenados a pagar una multa de 2,5 millones de euros, el dinero supuestamente ilícito que Roca habría aportado en la operación.

Gil Silgado mantuvo su inocencia y alegó que la compra del club por 3,6 millones de euros la hizo con fondos propios, que conocía a Roca pero que en 2002 se desconocían sus problemas con la justicia. Por su parte, Luis Oliver, aseguró que sólo negoció con Gil Silgado, que todo lo pactó con él y que nunca sospechó que detrás de la compra pudiera estar Roca. Indicó que no le extrañó que le pagaran con fincas y apartamentos, ya que era normal en operaciones donde se negociaba con constructores.

Los abogados defensores han cuestionado la validez de las conclusiones de los informes policiales y de los peritos de la Agencia Tributaria y han indicado que no entendían el por qué Roca no estaba en el banquillo de los acusados.

José Antonio Roca utilizó las sociedades mercantiles Oven Five SL y Jovibel 2000 para hacerse con la mitad de las acciones del Xerez CD, SAD y de los cuantiosos derechos de explotación asociados al equipo.

Para ello, contó con la colaboración de Gil Silgado y Oliver Albesa, según el fiscal, que mantiene que ambos sabían que Oven Five pertenecía a Roca y que éste era el verdadero socio en el negocio, "siendo conscientes de sus problemas con la justicia" y colaborando en la ocultación de fondos adquiridos ilegalmente.