Después de diez días en Los Ángeles de San Rafael, el Córdoba se despidió ayer de Segovia para poner rumbo a O Grove (Pontevedra), donde ayer hicieron noche los futbolistas antes de afrontar hoy el primer test de la pretemporada. Será ante el Celta de Vigo en Portonovo (Campo de Baltar, 20:00) donde Francisco Rodríguez tenga la primera ocasión para ver a sus jugadores en acción y de comprobar el nivel de asimilación de conceptos que ha alcanzado la plantilla tras las dos primeras semanas de trabajo estival.
En los albores de la pretemporada, no se esperan demasiadas conclusiones de este primer amistoso, más allá de que ya debería observarse ese carácter competitivo que Francisco quiere en su equipo y esa pretensión de tener el balón todo el tiempo que sea posible, aunque sin caer en riesgos innecesarios en zonas sensibles del campo. La competitividad máxima, al fin y al cabo, es la característica que los jugadores han ido destacando del libreto del nuevo técnico y para enseñar hasta dónde han aprendido la lección, los blanquiverdes tendrán enfrente a un Celta de Vigo superior, aunque igualmente poco rodado y con algunas ausencias importantes como los mundialistas Iago Aspas y Pione Sisto.
Hasta tierras gallegas se desplazó la expedición del Córdoba con tres bajas. Edu Ramos, con molestias que le impiden trabajar al mismo ritmo que el grupo, y los canteranos Andresito y David Moreno por decisión técnica, regresaron ya con destino a Córdoba.
El duelo ante el Celta será también una buena prueba para esa "base sólida" que tanto se ha reivindicado ante la imposibilidad de fichar que de momento sufre el club. Y aunque el largo desplazamiento hasta Pontevedra no sentara demasiado bien al plantel, se dará por bueno con tal de empezar a hablar por fin de fútbol.
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