¿hasta qué punto es posible que el Córdoba logre remontar los 14 puntos de desventaja con los que hoy arrancará el partido ante el Valladolid? Más allá del convencimiento que siguen mostrando los jugadores y el entrenador en sus manifestaciones públicas, pocos datos objetivos se pueden ofrecer a favor de esa proeza. Pero hasta que las matemáticas digan lo contrario, el CCF está dispuesto a luchar por salir del pozo.

Si de alguna manera le ha llegado la gloria al Córdoba a lo largo de su historia ha sido cuando ya nadie contaba con él. No es la entidad blanquiverde un equipo acostumbrado a cumplir sus objetivos cuando tiene todo de cara y, sin embargo, siempre se ha movido bien en terrenos pantanosos y cuando las situaciones han tendido al caos. Claro que pocas, o más bien ninguna, se recuerdan como la que atraviesa ahora el equipo que entrena José Ramón Sandoval. La victoria ante el Valladolid es el único camino a la esperanza. Al menos moral, pues los resultados de ayer -principalmente el empate (1-1) entre el Barcelona B y el Nàstic de Tarragona- dejan claro que si hoy el Córdoba consigue ganar la salvación estará todavía a 11 puntos. Todo un mundo, pero la única vía para mantener los brazos arriba y no desfallecer en esta batalla contra los números que el conjunto cordobesista está obligado a protagonizar en los 15 partidos que restan de campeonato.

En la previa de la visita del Valladolid, José Ramón Sandoval ya avisó de que podría incluir variantes respecto al equipo que presentó ante el Granada y la mala fortuna será la que finalmente le obligue a ello. La lesión de Jesús Valentín deja un hueco importante en la defensa o el mediocentro defensivo y las opciones para llenarlo no son muchas, teniendo en cuenta además que Álex Vallejo sigue sin contar para el técnico blanquiverde. De esta manera, Álex Quintanilla se estrenará con el Córdoba y lo hará como titular, en un movimiento que llevará a Sergio Aguza al centro del campo abandonando el costado izquierdo y que abre la alternativa para que Noblejas también se estrene. Él y Alfaro se disputan ese último puesto -abierto por el descarte técnico de Caro- en un equipo en el que se espera también a Narváez, al que aún le molesta el golpe de la semana pasada en la espalda pero que podrá ser titular.

El partido llega claramente condicionado por la baja de Jaime Mata, el delantero más desequilibrante de la categoría, avalado por sus 23 goles, y que se perderá la visita a El Arcángel por lesión. Pero bien haría el cuadro que dirige Sandoval en no relajarse por la ausencia del pichichi, pues el Valladolid es algo más que su ariete y de hecho es el conjunto más goleador de Segunda. Claro que puestos a reseñar datos, tampoco se puede obviar que los pucelanos son el cuarto equipo que más encaja, en una clasificación tristemente liderada por el Córdoba. Esas estadísticas hablan de un partido abierto y con goles, justamente lo que menos le conviene al cuadro blanquiverde, que ya ha dejado patente este curso que sólo sabe ganar si Pawel es capaz de echar el cerrojo a su portería.

Así que la solidez defensiva será la primera meta a conquistar por un Córdoba que debe aprender de una vez por todas que los encuentros duran 90 minutos -más el descuento- y que tan importante es adelantarse en el marcador como saber jugar con la renta a favor hasta el final.

El apoyo de la grada, en un ejercicio de fe que casi no se recuerda por El Arcángel, volverá a estar garantizado, pues ayer apenas quedaron 50 entradas en las taquillas del estadio que previsiblemente se agotarán hoy para dibujar otra gran entrada como las que ya hubo ante el Barcelona B y el Granada. Por si fuera poco, la peña Sentimiento Blanquiverde dará color al estadio con los 22.000 banderines blancos y verdes que colocarán en los asientos para que ondeen durante el himno. Tanta fe en su equipo ya merece el premio de los tres puntos.